Buenas noticias desde Cat¨¢n
Tras recibir el aval de cinco millones de personas, llega a Barcelona. Lo ¨²ltimo, el 'novam¨¢s' en juegos tiene un nombre: 'Los descubridores de Cat¨¢n'
Buenos d¨ªas, les hablo desde Cat¨¢n, una peque?a isla perdida en qui¨¦n sabe qu¨¦ oc¨¦ano que, a pesar de no figurar en los mapas, cuenta con una poblaci¨®n cercana a los cinco millones de habitantes, dedicados fervorosamente a la recolecci¨®n de cereales, la tala de ¨¢rboles y la extracci¨®n de minerales a fin de construir poblados, ciudades y carreteras con que colonizarla. Porque de eso va el nuevo novam¨¢s de los juegos de mesa, Los descubridores de Cat¨¢n, que acaba de aterrizar por aqu¨ª (o sea por all¨ª: donde est¨¢n ustedes, vaya) con el aval de esos cinco millones de compradores en todo el mundo (dos del juego propiamente dicho y los otros tres, de las denominadas extensiones, es decir, versiones para m¨¢s jugadores o bien en otros formatos). El fen¨®meno es obra de un tal Klaus Teuber, m¨¢ximo representante de la vigorosa escuela germ¨¢nica, tan activa en esto de perder el tiempo alrededor de una mesa que es all¨ª donde se celebran las mayores ferias (Essen y Nuremberg) y donde se conceden los premios may¨²sculos.
Lejos de la intenci¨®n de este humilde lud¨®pata de venderles la en¨¦sima novedad imprescindible con fecha de caducidad. Uno ya ha visto demasiadas revoluciones en el mundo de las artes para creerse nada, pero bien es cierto que si tantos aficionados al juego, aunque buena parte sean americanos, han adquirido el invento a pesar de ese horrendo nombre de secuela barata de Los inmortales, por algo ser¨¢. Y ser¨¢, probablemente, por dos razones de peso. La primera se le ocurre a cualquiera que lea las instrucciones: se trata del primer juego de mesa que mezcla los principios b¨¢sicos de nuestro querido capitalismo (producir, negociar, progresar) con las ense?anzas de la econom¨ªa sostenible (est¨¢n penalizadas la acumulaci¨®n de bienes y la edificaci¨®n descontrolada, y adem¨¢s aconseja no fiarse demasiado de la banca: da poco a cambio de mucho). La segunda se la chiva Joaquim Dorca, director de la editora Devir Ib¨¦rica (una empresa cuyo lema parece un homenaje a la ¨²ltima borrachera de Sid Vicious en Las Vegas: Sin juegos no hay futuro): 'Es una propuesta muy satisfactoria porque no hay un ganador y varios perdedores, sino que todos contribuyen al progreso de la isla, aunque el m¨¢s afortunado consiga m¨¢s puntos. Pero lo m¨¢s importante es que la suerte no es tan determinante como la habilidad negociadora o la gesti¨®n de los propios recursos. En una palabra: si el Monopoly era el juego de la especulaci¨®n, Los conquistadores de Cat¨¢n es el de la colonizaci¨®n respetuosa'.
A juicio de Dorca, curtido en las artes de llenar el ocio gracias a su etapa en la m¨ªtica casa Borr¨¤s, Los conquistadores... ha sido todo un revulsivo en el sector tras varios a?os de decaimiento: 'El problema es que la industria se limitaba a reeditar juegos ya existentes, y cuando en todas las casas ya hab¨ªa un ejemplar del Cluedo, pues se terminaban los pedidos. Pero claro, tampoco es nada f¨¢cil inventarse un concepto de juego nuevo. De hecho, suele aparecer uno cada 10 a?os: el Trivial se invent¨® en la d¨¦cada de 1960, el Dungeons&Dragons a finales de la de 1970, el Magic en la de 1980...' Devir Ib¨¦rica tiene muchos de ellos en cat¨¢logo, aunque ahora mismo con lo que se est¨¢n forrando es con las cartas coleccionables de la serie Pokemon (675 pesetas el sobre de 11 unidades), un vicio que la propia empresa se encarga de fomentar organizando torneos infantiles en librer¨ªas de toda Espa?a, igual que con las famosas cartas Magic. Dorca ya se frota las manos pensando en el pr¨®ximo oto?o, cuando sacar¨¢n al mercado, coincidiendo con el lanzamiento mundial de la pel¨ªcula, las de Harry Potter.
De Los conquistadores..., por supuesto, no van a vender tantos (10.000 el primer a?o y 20.000 el segundo, seg¨²n sus c¨¢lculos, a 7.000 cucas la caja, por el momento s¨®lo en versi¨®n castellana: el mercado catal¨¢n, al parecer, no da para una edici¨®n propia), pero ya han empezado la colonizaci¨®n. El otro d¨ªa lo presentaron en p¨²blico con la experta ayuda de Salvador Alsius, un hombre que cuenta los d¨ªas de la semana por juegos ('si hoy es mi¨¦rcoles, me toca Scrabble; si es jueves, bridge...').
A la partida de demostraci¨®n, celebrada en el adecuado marco de la nov¨ªsima librer¨ªa multitodo Tempo Libris (Diagonal, 472), no pudo acudir Oriol Comas i Coma, el ¨²nico creador de juegos catal¨¢n en condiciones de competir (ci¨¢tica mediante) con la maquinaria teut¨®nica. Tiene a su favor haber elaborado el primer juego de cartas solidario, Quin cacau!, una iniciativa de Interm¨®n para promover el comercio justo. O sea que, quiz¨¢ aprovechando la idea de la colonizaci¨®n y con algunas pateras de por medio...
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