La 'kale borroka' se aprovecha de la plaza del Castillo
Los radicales utilizan la pol¨¦mica construcci¨®n de un aparcamiento en el centro de Pamplona para causar violentos incidentes callejeros
El proyecto de construcci¨®n de un aparcamiento subterr¨¢neo bajo la plaza del Castillo de Pamplona, un lugar emblem¨¢tico en pleno centro de la capital navarra, ha dejado de ser una simple pol¨¦mica ciudadana -la mayor que ha vivido Pamplona en los ¨²ltimos a?os- para convertirse en un espinoso asunto de orden p¨²blico. Numerosos vecinos no consienten que el Ayuntamiento, gobernado por Yolanda Barcina (UPN), cambie la decoraci¨®n de su sala de estar. Primero protestaron; despu¨¦s, recogieron 24.500 firmas y pidieron un refer¨¦ndum sobre el proyecto. S¨®lo consiguieron un no por respuesta y decidieron movilizarse en la calle. Sus protestas, en principio pac¨ªficas, han acabado en los ¨²ltimos d¨ªas en importantes disturbios y la detenci¨®n de un total de 20 personas por des¨®rdenes p¨²blicos. Fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno en Navarra y diversos partidos coinciden en que la izquierda abertzale ha convertido en suya esta causa para hacer 'lo ¨²nico que saben: destrozar por destrozar'. La kale borroka, como hace pocos a?os, ha regresado a esta plaza.
La pol¨¦mica no es nueva. Surgi¨® el a?o pasado, tras aprobarse el proyecto de los arquitectos Luis Agosti y Jorge G¨®mez. Muchos vecinos se indignaron por el cambio de aspecto del lugar. Otros gritaron al ver peligrar las ruinas de los castillos de Luis el Hut¨ªn y de Fernando el Cat¨®lico, localizadas en el subsuelo de la plaza. As¨ª lograron que el proyecto inicial, aprobado por UPN, PSN y CDN, se modificara sustancialmente. Se peatonalizar¨¢ la zona y se construir¨¢ un aparcamiento de 802 plazas, pero se respetar¨¢ el quiosco, los mosaicos, y, dijo Barcina, tambi¨¦n el arbolado de la plaza.
La asociaci¨®n que encabeza la oposici¨®n vecinal no acaba de creer a la alcaldesa. Las formas 'invitan a la sospecha', aseguran. El 23 de julio, el Ayuntamiento tal¨®, con 'nocturnidad y alevos¨ªa', seg¨²n la asociaci¨®n, casi todos los ¨¢rboles de la plaza. Nadie, salvo el equipo de gobierno de UPN, sab¨ªa cu¨¢ndo iban a comenzar las obras. Y esa intervenci¨®n por sorpresa encresp¨® los ¨¢nimos y se traslad¨® a las calles. Un d¨ªa despu¨¦s, agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa disolv¨ªan una manifestaci¨®n vecinal en la que participaban ancianos y ni?os. El pasado mi¨¦rcoles, por citar los altercados m¨¢s recientes, un grupo de violentos destroz¨® parte del vallado de las obras y trat¨® de quemar la maquinaria. Iban organizados, encapuchados y con barras de hierro. Fue tras una manifestaci¨®n pac¨ªfica en la que participaron unas 7.000 personas contrarias al proyecto. Tanto fuentes policiales como los principales partidos navarros apuntan en la misma direcci¨®n al hablar de los incidentes.'Hay personas', dice Barcina, 'que tratan de impedir la ejecuci¨®n del proyecto, que cuenta con la bendici¨®n de comerciantes y hosteleros, atentando contra la obra. Desgraciadamente esto no es nuevo en nuestra ciudad. Aqu¨ª ocurre lo que no pasa en otros sitios'. Y se?ala directamente a la izquierda abertzale. 'Es una pena que vecinos que tienen su derecho a discrepar se vean involucrados con estos radicales'.
Cuatro sindicatos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa apuntan que todos estos incidentes, y ya van seis, forman parte de 'una campa?a perfectamente orquestada y dirigida por el mundo radical abertzale'. 'Estos sujetos tienen capacidad de envilecer cualquier causa justa', a?aden. Fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno en Navarra confirman que 'eso es as¨ª' y que se actuar¨¢ a la menor sospecha de que pueda alterarse la seguridad ciudadana. Los radicales, prosiguen estas fuentes, 'se han aprovechado de una oposici¨®n vecinal para hacer lo que saben: meter ruido, conculcar el orden p¨²blico y destruir por destruir'.
Tambi¨¦n lo sienten as¨ª muchos vecinos que no comulgan con el proyecto. 'Es una pena que aqu¨ª todo se politice', se lamenta una pamplonesa de 43 a?os. ?No cree que los actos violentos perjudican su reivindicaci¨®n? 'Por supuesto, pero por esa misma regla de tres no podr¨ªamos protestar por nada. Mire, yo voto a UPN. Creo que no soy sospechosa de justificar la violencia. Lo ¨²nico que quiero es que no toquen la plaza del Castillo'.
Nadie se explica por qu¨¦ el consistorio ha hecho o¨ªdos sordos a las 24.500 firmas que reclamaban un refer¨¦ndum. En junio, y tras dos debates en pleno, la corporaci¨®n dio carpetazo a la petici¨®n. 'No pensamos que fuera el proceso de participaci¨®n m¨¢s adecuado', explica Barcina. 'Existen otros que consideramos m¨¢s acertados para este caso. De hecho, recogimos sugerencias y realizamos cambios importantes'.
En todo caso, sigue teniendo enfrente a la plataforma ciudadana en defensa de la plaza. 'La gente siente que se le ha ultrajado por partida doble', se?ala el portavoz de la asociaci¨®n, ?ngel Larrea. 'Primero, minimizan el n¨²mero de personas que se han movilizado contra el proyecto y adem¨¢s hacen o¨ªdos sordos a las 25.000 firmas en favor del refer¨¦ndum'. 'La plataforma s¨®lo est¨¢ organizando acciones pac¨ªficas. Habr¨ªamos preferido que fuera Barcina quien retirara ayer [por el mi¨¦rcoles] las vallas y no los ciudadanos. Pero, actuaciones como la suya enervan los ¨¢nimos de los ciudadanos'.
Larrea hac¨ªa esta reflexi¨®n en la ma?ana de ayer, minutos despu¨¦s de que terminase una nueva concentraci¨®n ante el Ayuntamiento. Fue un acto estruendoso pero pac¨ªfico, una concentraci¨®n, de unas mil personas, en la que se sucedieron pitidos, bocinazos y m¨¢s de un grito un¨¢nime contra ciertos integrantes de la corporaci¨®n. Los m¨¢s insistentes, contra la alcaldesa.
Dentro del Ayuntamiento -forman la corporaci¨®n 12 ediles de UPN, cinco de EH, cuatro socialistas, tres de CDN, dos de IU y uno de Batzarre- se celebraba el ¨²ltimo pleno antes de las vacaciones. Y el consistorio se despidi¨® hasta septiembre con una nueva discusi¨®n sobre el proyecto. Lo que era exclusivamente un asunto de tr¨¢mite para aprobar la personaci¨®n del consistorio en los siete recursos interpuestos por distintas asociaciones y partidos, se convirti¨® en un nuevo debate.
La construcci¨®n 'est¨¢ legitimada', dijo Juan Luis S¨¢nchez de Muniain (UPN), 'porque la avalan muchos ciudadanos, m¨¢s de los que se oponen, a trav¨¦s de sus representantes'. Joxe Abaurrea, de EH, le replic¨®: 'Est¨¢ habiendo una aut¨¦ntica marea popular a favor de que se paralice el proyecto'. Por la tarde, unas 500 personas volvieron a concentrarse en la plaza para rechazar el proyecto. Esta vez no se registraron incidentes.
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