Insolaciones asesinas
La muerte de cuatro jugadores en diez d¨ªas pone bajo sospecha a uno de los grandes deportes nacionales de Estados Unidos
El f¨²tbol americano ha sufrido cuatro muertes en diez d¨ªas, todas en circunstancias similares: entrenamientos de pretemporada, calor, humedad, agotamiento y colapso. Las v¨ªctimas eran profesionales de ¨¦lite, como Korey Stringer, del Minnesota Vikings, o j¨®venes estudiantes. Son demasiados muertos en muy poco tiempo y el deporte m¨¢s venerado en Estados Unidos est¨¢ bajo sospecha.
Desde 1995 se han registrado ya 19 muertes en el f¨²tbol americano por agotamiento debido al calor, 18 de ellas en universidades e institutos. Quiz¨¢ la culpa es del c¨®digo de supuesta virilidad que rige el funcionamiento de los equipos. ?se pudo ser el caso de Stringer, la mole humana de los Vikings, un gigante de 150 kilos que el lunes pasado, en pleno entrenamiento, vomit¨® a causa del esfuerzo. Stringer se retir¨®, pero regres¨® al d¨ªa siguiente.'Uno aguanta o se va a casa, ¨¦se es el c¨®digo', explicaba ayer Jere Longman, un comentarista de The New York Times que practic¨® el f¨²tbol americano como universitario.
Stringer ya no soport¨® la sesi¨®n del martes: se mare¨® y, para librarse del calor y la humedad, entr¨® en una caseta con aire acondicionado. Al poco, se desmay¨® y falleci¨® horas despu¨¦s. Fue in¨²til la presencia de un servicio m¨¦dico de urgencia, obligatoria en los entrenamientos de los profesionales. Seg¨²n la autopsia, muri¨® de una insolaci¨®n agravada por el agotamiento.
El 25 de julio falleci¨® Eraste Autin, un novato del equipo de la Universidad de Florida, por causas casi id¨¦nticas a las de Stringer. El mi¨¦rcoles pasado la v¨ªctima fue un muchacho de un instituto de Indiana, que la v¨ªspera, entren¨¢ndose, hab¨ªa sufrido un colapso. Y anteayer, Rashidi Wheeler, del Northwestern, un equipo de la Liga estatal de Illinois.
Wheeler, de 22 a?os y asm¨¢tico, se quej¨® de problemas respiratorios en la fase de calentamiento y cay¨® muerto. A¨²n se desconocen las causas. Puede ser que los entrenadores, y los propios jugadores, exijan demasiado. La vestimenta, el casco y las numerosas protecciones son tambi¨¦n muy sofocantes.
En un reciente seminario sobre dopaje celebrado en Nueva York se citaron, sin embargo, numerosos ejemplos sobre el uso de esteroides y hormonas del crecimiento en el f¨²tbol americano. Los defensas, sobre todo, necesitan adquirir un gran tama?o, y desde muy j¨®venes. El doctor Linn Goldberg, de Oregon, relat¨® el caso de unos padres que le hab¨ªan pedido esteroides para que su hijo pudiera conseguir una beca de la Universidad de Notre Dame, c¨¦lebre por su equipo de f¨²tbol. 'Si no pesas 150 kilos y no eres capaz de levantar 200, no te pagan la educaci¨®n', explica un joven defensa an¨®nimo citado por The New York Times.
Terry Bradshaw, una antigua estrella, denuncia que la mayor¨ªa de los jugadores se han hecho 'demasiado grandes'. A mayor tama?o, mayor es la vulnerabilidad al calor y la insolaci¨®n. Y el agrandamiento de los defensas, perceptible temporada a temporada, despierta sospechas de dopaje. La Liga Nacional de F¨²tbol realiza an¨¢lisis de orina y cada futbolista se somete a ellos unas seis o siete veces. Pero los sujetos de las pruebas se conocen con antelaci¨®n y, sobre todo, el convenio firmado entre los deportistas y los dirigentes proh¨ªbe que se efect¨²en an¨¢lisis durante la pretemporada si no existen 'indicios claros' de que un jugador consume sustancias prohibidas.
Al margen de los esteroides y las hormonas, el botiqu¨ªn de los futbolistas est¨¢ repleto de medicamentos y complementos nutricionales legalmente aceptados. Se trata de compuestos cal¨®ricos, estimulantes, diur¨¦ticos y otras sustancias que pueden reducir la resistencia del cuerpo al calor. 'Si observamos un incremento r¨¢pido de los agotamientos por calor, habr¨¢ que preocuparse por esos complementos', advierte el doctor Don Catlin, uno de los especialistas que dirigen los an¨¢lisis en la Liga.
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