A medio dedo del bronce
Manolo Mart¨ªnez logra el mejor puesto de la historia de un lanzador espa?ol pero se queda a dos cent¨ªmetros de la medalla
Pocas veces se ha visto tanta desolaci¨®n en el atletismo espa?ol por un cuarto puesto. Menos a¨²n por un cuarto puesto en el lanzamiento de peso, especialidad tan orillada hist¨®ricamente que pr¨¢cticamente no exist¨ªa. Pero as¨ª son las cosas cuando aparece un fen¨®meno que desbarata todas las teor¨ªas pesimistas y se enfrenta inter pares con los mejores del mundo. Manolo Mart¨ªnez se qued¨® a dos cent¨ªmetros de la medalla de bronce y no pudo ocultar su frustraci¨®n. No import¨® la evidencia de su progresi¨®n: hace un a?o fue sexto en los Juegos Ol¨ªmpicos con 20,55 metros, r¨¦cord espa?ol en aquellos d¨ªas. Su mejor tiro en Edmonton alcanz¨® 20,91 metros, marca honorable que no le sirvi¨® para superar al finland¨¦s Harju (20,93 metros).
Vista su actuaci¨®n con perspectiva, el ¨²nico reproche que se puede hacer Mart¨ªnez es su dificultad para lograr un lanzamiento en los l¨ªmites de su r¨¦cord de Espa?a (21,24 metros). Sin embargo, los r¨¦cords son excepci¨®n en lugar de norma, por lo que su actuaci¨®n puede considerarse notable. Entre los Juegos y los Campeonatos del Mundo ha obtenido una mejora de casi medio metro, palabras mayores en el lanzamiento de peso. Tampoco puede sentirse frustrado en una competici¨®n que dio la victoria al estadounidense John Godina, el mejor especialistas de los ¨²ltimos diez a?os. Otro ilustre, Adam Nelson, fue segundo, con un tiro de 21,24, un lanzamiento que se sali¨® de los m¨¢rgenes que hab¨ªa marcado durante toda su serie. Ese tiro se produjo inmediatamente despu¨¦s del mejor disparo de Mart¨ªnez, que no logr¨® recuperarse en sus dos ¨²ltimos intentos.
Detr¨¢s de la zona de lanzamientos, Carlos Bur¨®n, entrenador del atleta espa?ol, sigui¨® toda la serie sin hacer un gesto, como una estatua, sentado entre un amplio grupo de espa?oles. Fiel a su costumbre, Bur¨®n no hizo ning¨²n s¨®lo gesto o comentario a su disc¨ªpulo. Dice que s¨®lo intenta comunicarse con ¨¦l cuando las cosas se ponen verdaderamente mal. Bur¨®n sigui¨® con cierta angustia la prueba, sabedor de la trascendencia del d¨ªa. Durante 14 a?os ha dirigido los pasos de un atleta que ha roto diques en Espa?a. Probablemente no hace falta que se hablen en la pista, como lo hac¨ªa Godina con su entrenador, que dio un curso gestual desde la tribuna. Bur¨®n conoce perfectamente a Mart¨ªnez y sabe que es un lanzador inteligente, reflexivo y buen competidor.
Mart¨ªnez pareci¨® liberarse despu¨¦s de su primer lanzamiento. Con 20,78 metros se coloc¨® en una posici¨®n ideal para mejorar poco a poco en los cinco tiros posteriores. Pero la serie no le funcion¨® bien. Hizo nulo en el segundo intento, y lo mismo sucedi¨® en el tercero. Para entonces, estaba clara la victoria de Godina y la derrota del joven surafriacano Janus Roberts, que hab¨ªa impresionado en la serie matinal de clasificaci¨®n y que ahora sal¨ªa eliminado con unas marca mediocre. En el cuarto intento, Mart¨ªnez respir¨® por fin: 20,91 metros. Estaba cerca de sus mejores lanzamientos de la temporada y figuraba en tercera posici¨®n. La medalla era posible. Ten¨ªa por delante al inalcanzable Godina, con 21,88 metros, y al campe¨®n ol¨ªmpico, el finland¨¦s Harju, con 20,93. Pero entonces se descolg¨® Nelson con un tiro de 21,24 metros que oblig¨® a Mart¨ªnez a remar contra la marea.
No hubo reacci¨®n en los dos ¨²ltimos intentos. Durante toda la prueba, el espa?ol hab¨ªa permanecido aislado del resto de los rivales. Caminaba arriba y abajo con gesto abstra¨ªdo, sin mirar a la grada de fondo, donde Bur¨®n ocultaba la tensi¨®n con una actitud impasible. Mart¨ªnez no pareci¨® impresionado por la dificultad de sus dos ¨²ltimos lanzamientos. Continu¨® su rutina. De vez en cuando, botaba un poco y efectuaba un lanzamiento imaginario, como si repasara una y otra vez la pel¨ªcula t¨¦cnica. Ten¨ªa un desaf¨ªo posible: s¨®lo dos cent¨ªmetros le separaban de Harju. Tendr¨ªa que conseguirlo en apenas 1,6 segundos, pues la secuencia de cada lanzamiento es de ochenta cent¨¦simas. Hac¨ªa calor, circunstancia que no le gusta al espa?ol, y la tensi¨®n era evidente. Estaba ante uno de los sue?os de su vida. No lo consigui¨®, y no pudo ocultar su decepci¨®n. Se alej¨® con gesto serio de la zona de lanzamientos, tir¨® la mu?equera al suelo y se sent¨® en un banco. All¨ª permaneci¨® inerme durante varios minutos. En la grada, Carlos Bur¨®n tambien guardaba silencio. S¨®lo despu¨¦s de un largo rato hizo un comentario: "Esperaba algo mejor".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.