Una ventana con vistas a Roma
Esta ventana g¨®tica del estudio pontificio del Castillo de Pe?¨ªscola orientada hacia Roma fue construida por el mandato del papa Benedicto XIII, quien tambi¨¦n fue llamado el antipapa. Fue su ojo desconfiado que miraba hacia una ciudad que en esos momentos conspiraba contra ¨¦l 24 horas al d¨ªa. En este estudio, Pedro de Luna instal¨® una copiosa biblioteca e hizo esculpir su escudo, como si se tratase de su c¨¢scara m¨¢s ¨ªntima para defenderse de un mundo que le abandonaba un poco m¨¢s cada d¨ªa.
Quiz¨¢ nunca hasta ese momento se hab¨ªa producido una correspondencia tan n¨ªtida y completa entre un hombre y una fortaleza. Benedicto XIII fue un tipo tan inexpugnable como el castillo de Pe?¨ªscola, que hab¨ªa sido dise?ado sobre un t¨®mbolo con abundantes manantiales de agua dulce para resistir asedios de gran intensidad. Sobre esa pe?a, este aragon¨¦s rocoso le hech¨® un pulso al mundo y no se dio por vencido hasta que se cay¨® a trozos. Pedro de Luna hab¨ªa participado como cardenal de Arag¨®n en el controvertido c¨®nclave que eligi¨® al papa Clemente VII, de quien fue legado, y que dio lugar al cisma de occidente.
En aquellos d¨ªas, ese santo que hac¨ªa milagros muy neorrealistas llamado Vicente Ferrer se convirti¨® en su sombra psicol¨®gica en Avi?¨®n. Como consejero y confesor particular le dej¨® el cerebro macerado con el alm¨ªbar m¨ªstico necesario para que fuera elegido pont¨ªfice en 1394, a la muerte de Clemente VII, con el nombre de Benedicto XIII. Sin embargo, apenas unos a?os despu¨¦s Francia public¨® un edicto de sustracci¨®n de obediencia y su palacio de Avi?¨®n fue asaltado. Entonces San Vicente Ferrer dio la primera prueba de que iba a ser santo al rehusar encerrarse con Benedicto XIII y otros 26 valencianos en el palacio. Y el Papa Luna, con esa actitud, tambi¨¦n describi¨® su propia trayectoria de aislamiento.
A la vista del cariz que tomaba el asalto tuvo que huir hacia la Corona de Arag¨®n, que todav¨ªa era de su obediencia, y la orden del Temple le cedi¨® el castillo de Pe?¨ªscola como residencia. Entre los a?os 1411 y 1423 permaneci¨® encerrado en esta fortaleza desarrollando costras cada vez m¨¢s duras e impenetrables, hasta alcanzar la misma consistencia de esta ciudadela. En el a?o 1414 orden¨® construir esta ventana, mientras las embajadas iban y ven¨ªan sin conseguir nada m¨¢s que agrandar el cisma entre ¨¦l y el resto del mundo. Entonces San Vicente Ferrer le augur¨® que los ni?os jugar¨ªan con su cabeza a la pelota, lo que constituye la primera predicci¨®n seria sobre la llegada del f¨²tbol al mundo, y luego proclam¨® en nombre del rey Fernando de Antequera la sustracci¨®n de la Corona de Arag¨®n. El concilio de Constanza lo destituy¨® en 1417 y el Papa Luna muri¨® aplastado por su propia corteza.
La maldici¨®n que le augur¨® San Vicente Ferrer se cumpli¨® cuando el mes de abril del a?o pasado su cr¨¢neo desapareci¨® del interior de una urna encastrada en la capilla del palacio de los Condes de Argillo de Savi?¨¢n, en Zaragoza. Entonces dos j¨®venes, que luego ser¨ªan detenidos por la Guardia Civil, se lo llevaron acaso para lanzarse unos penaltis y decidieron qued¨¢rselo durante cinco meses. Antes las tropas francesas ya lo hab¨ªan lanzado al r¨ªo en su poblaci¨®n natal, Illueca, en un claro antecedente del waterpolo. Aun as¨ª, lo peor de todo para el Papa Luna fue convertirse en un reclamo tur¨ªstico y dar nombre a men¨²s de 1.200 pesetas en algunas de las terrazas m¨¢s sospechosas de Pe?¨ªscola.
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