El tremendo Misapeka

Dicen los cient¨ªficos que, si hubiera carreras de distancias tan cortas como los 10 o los 20 metros, los atletas m¨¢s r¨¢pidos ser¨ªan los lanzadores de peso o los levantadores de pesas. Entonces, una de dos, o los cient¨ªficos no tienen ni idea o Trevor Misapeka es un fraude de la cabeza a los pies. Un fraude enorme, de 1,90 metros y 140 kilos, por lo menos, y lento, muy lento.

'No, si yo soy lanzador de peso, pero en mi Federaci¨®n se confundieron y no pude competir en peso. As¨ª que me apuntaron en los 100 metros', dijo el samoano poco despu¨¦s de pasar a la historia al convertirse en el atleta m¨¢s lento que jam¨¢s haya tomado parte en los 100 metros de unos Mundiales: 14,29s, todo un r¨¦cord. Estaba todav¨ªa por la l¨ªnea de los 60 metros cuando el primero cruz¨® la l¨ªnea de llegada. 'Si me hubieran quitado 40 kilos de cada pierna, ya habr¨ªan visto los rivales. Todo es gen¨¦tico. Es que en Samoa todos somos muy grandes', se justific¨® Misapeka; 'tenemos los huesos enormes'.

Y las carnes, podr¨ªa haber a?adido el hombre, inmediatamente bautizado como el Mussambani de Edmonton, por el nadador guineano que casi se ahoga en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney 2000. Un peligro que, eso s¨ª, no corri¨® Misapeka. Aunque... 'Salir de los tacos sin caerme al suelo fue una heroicidad', dijo el lanzador de peso, que se puso en una salida por primera vez el viernes, para ensayar; 'una vez salvado ese rid¨ªculo, todo fue bien'.

'Mi hijo es muy trag¨®n. Es capaz de comerse un buey. S¨®lo vive para comer', dijo su padre, orgulloso despu¨¦s de que le llamara Trevor por el tel¨¦fono m¨®vil. Su hermana es, sin embargo, una atleta seria y tambi¨¦n grande, Lisa Misapeka, bronce en los Mundiales de Sevilla 99 en el lanzamiento de martillo.

As¨ª que de lanzador de peso poco tiene Misapeka, a no ser el tama?o. Pero no la agilidad ni la rapidez. Tendr¨ªa que ver a Manolo Mart¨ªnez, por ejemplo, saltando y corriendo. En realidad, Misapeka es menos ingenuo de lo que parece. Era un hombre con dos prop¨®sitos y sin sentido del rid¨ªculo. Y los dos los alcanz¨®.

'He logrado poner a Samoa en el mapa', dijo el hijo de un panadero asentado en California; 'somos una peque?a isla perdida en el Pac¨ªfico y ahora mucha gente sabe que existimos'.

El segundo objetivo es m¨¢s ego¨ªsta. 'S¨¦ que valgo para jugar de defensa en el f¨²tbol americano. Y espero que ahora me lleguen ofertas', explic¨® a la docena de periodistas para los que se hab¨ªa convertido en la celebridad de los Campeonatos, a la altura al menos del brit¨¢nico Eddie, El ?guila, Edwards, penoso y cegato saltador de esqu¨ª de los Juegos de Calgary.