Una distancia fetiche y tres desaf¨ªos

Los espa?oles llegan al 1.500 en una situaci¨®n comprometida. Los tres -Redolat, D¨ªaz y Est¨¦vez- tienen cosas importantes que demostrar en la distancia fetiche del atletismo espa?ol, los 1.500. Desde Los ?ngeles 84, donde Abascal logr¨® el tercer puesto, ha sido rara la edici¨®n de Juegos Ol¨ªmpicos y Mundiales sin espa?oles en el podio. Sin embargo, el mediofondo atraviesa tiempos de dudas. En Sydney, el papel fue discreto, al menos en comparaci¨®n con otros tiempos. En Edmonton, donde el marroqu¨ª El Guerruj sale como favorito indiscutible, cada uno tendr¨¢ que responder a un tipo de desaf¨ªo, pero finalmente todos ser¨¢n medidos por su actuaci¨®n.

Reyes Est¨¦vez probablemente sea el especialista m¨¢s puro, el de mayor calidad natural. Desde ni?o ha figurado en la cumbre. Fue tercero en Atenas, y en Sevilla tom¨® definitivamente el relevo de Cacho. Los pron¨®sticos le situaban como el ¨²nico europeo capaz de amenazar a El Guerruj. No ha sucedido as¨ª. Desde 1999, Est¨¦vez ha sido motivo constante de pol¨¦mica. Su exclusi¨®n de Sydney deriv¨® en un episodio desagradable que dej¨® heridas todav¨ªa sin cerrar. Tan convencido de su talento natural, Est¨¦vez no ha confirmado en las dos ¨²ltimas temporadas las expectativas que genera. El caso Sydney probablemente le ha servido como est¨ªmulo, aunque sus marcas han sido discretas. No ha conseguido bajar de 3.33 minutos, tiempo honorable para cualquier otro mediofondista pero insuficiente para un atleta que vale menos de 3.30. Est¨¦vez se encuentra ante la oportunidad de rehacer su carrera. No se puede permitir un fracaso. Hace un a?o proclam¨® que hab¨ªa sido v¨ªctima de un atropello de la federaci¨®n. Edmonton pondr¨¢ a prueba su estado real.

El compromiso de Redolat es de tipo personal. Durante las dos ¨²ltimas temporadas ha demostrado que es capaz de correr r¨¢pido. Sus mejores marcas, en la frontera de los 3.31 minutos, le colocan entre los mejores europeos. Es un atleta minucioso, sin tacha. Metido de lleno en el fuego cruzado que se produjo con la exclusi¨®n de Est¨¦vez de los Juegos, Redolat necesita confirmar que se ha endurecido y que es capaz de sostener la mirada a los mejores del mundo. Es ahora cuando debe dar el paso.

Con 32 a?os, Andr¨¦s D¨ªaz insiste en quejarse del mal trato que recibe de las casas comerciales. No ha conseguido ning¨²n patrocinador y no hay d¨ªa en que no se escuchen sus lamentos. En las ¨²ltimas semanas ha amenazado con abandonar el atletismo, estrategia que evidentemente no mejora la situaci¨®n. Edmonton no le deja alternativa: o demuestra con su actuaci¨®n que los dem¨¢s est¨¢n equivocados, o tendr¨¢ que verse en una situaci¨®n todav¨ªa peor que la actual.