?En qu¨¦ postura lo hace Milingo?
Me revientan las negociaciones entre el Papa y Milingo. Cuando yo me confesaba, el cura s¨®lo quer¨ªa saber cu¨¢ntas veces lo hab¨ªa hecho y en qu¨¦ posturas. Jam¨¢s se me permiti¨® llegar a acuerdos, pese a mi talante negociador.
-?Cu¨¢ntas veces lo has hecho?
-Varias.
-?Varias!, ?varias! ?T¨² crees que yo puedo absolverte as¨ª? ?Qu¨¦ penitencia te pongo para varias veces? Es como si vas a comprar patatas y dices que quieres varios kilos. ?Cu¨¢ntas pesetas cuestan varios kilos de patatas?
Mi director espiritual conceb¨ªa la confesi¨®n como un bien de consumo, y necesitaba saber el n¨²mero exacto de veces para calcular la cantidad justa de rosarios.
-A ver, ?cu¨¢ntas? -insist¨ªa.
-?Hoy?
-?C¨®mo que hoy? ?T¨² quieres quedarte ciego o tonto, o que se te derrita el bulbo raqu¨ªdeo, que se derrite, por si no lo sabes?
'Aznar, si tiene que excomulgar al ministro de Medio Ambiente, lo excomulga'
No hab¨ªa manera de negociar, en fin. A Milingo, en cambio, no le han preguntado cu¨¢ntas veces lo hace, ni en qu¨¦ posturas (lo de las posturas me mataba, porque yo s¨®lo conoc¨ªa una), sino que le invitan a Castelgandolfo para negociar y de momento ya le han levantado el ultim¨¢tum. Incoherencias de semejante calibre son las que hacen perder la fe en las instituciones. Me parece fatal que la Iglesia se ensa?e con adolescentes llenos de granos y de miedos, mientras se sienta a tomar el t¨¦ con un obispo sinverg¨¹enza, que no s¨®lo vive amancebado (y en pecado mortal: si esta noche se muere, va al infierno), sino que lleva a cabo actos sat¨¢nicos y sana a los enfermos con la sangre de una gallina.
Es como si Aznar, por buscar un ejemplo comparable, se hubiera pasado el d¨ªa preguntando a los socialistas cu¨¢ntas veces lo hab¨ªan hecho, y se negara ahora a investigar cu¨¢ntos votos se compraron en Baleares cuando gobernaba su partido. Sabemos que no, que ¨¦l no es as¨ª, pero hagamos un ejercicio de imaginaci¨®n, no tanto para aclarar la situaci¨®n pol¨ªtica, que a qui¨¦n le importa, como para comprender a ese pobre adolescente que ahora mismo, con el bulbo raqu¨ªdeo hecho polvo, se encuentra de rodillas en un confesionario, frente a un cura que no hace m¨¢s que preguntarle cu¨¢ntas veces, cu¨¢ntas veces, cu¨¢ntas veces (o en qu¨¦ postura, en qu¨¦ postura, en qu¨¦ postura), mientras el Papa se toma un refresco de cola con Milingo y llegan a acuerdos respecto a las posturas y las veces.
Ser¨ªa tambi¨¦n como si Aznar, Dios no lo quiera, se negara a investigar a fondo lo de Gescartera. Pero no: es un hombre consecuente y har¨¢ lo que deba, teniendo en cuenta desde luego que no se puede acometer la limpieza de una fosa s¨¦ptica sin medidas de autoprotecci¨®n. Duerman tranquilos Rato y Montoro y Trillo y Pilar Valiente, que ya buscaremos el modo de que los gases no les lleguen.
El que puede estar tranquilo, sobre todo, es Jaume Matas, porque nadie sabe qui¨¦n es. Yo tuve que telefonear a la redacci¨®n cuando le¨ª en el peri¨®dico que un fiscal desafecto le estaba buscando las cosquillas.
-?Qui¨¦n es este Jaume Matas? -pregunt¨¦.
Pas¨® un buen rato y al final me dijeron que por lo visto era el ministro de Medio Ambiente. Ni siquiera sab¨ªa que hubiera un Ministerio de Medio Ambiente. Cre¨ª que hab¨ªa acabado con ¨¦l la acci¨®n corrosiva de Isabel Tocino, pero resulta que no, que existe y que lo lleva un tal Matas, que ahora, si me preguntas, no te voy a decir que no me suene, me suena, pero no lo he visto nunca haciendo declaraciones ecol¨®gicas, como es su obligaci¨®n, durante el a?o y pico que llevamos de legislatura. Recuerdo mejor las veces que me lo hac¨ªa de adolescente que las veces que ha comparecido este se?or.
A lo que ¨ªbamos: no me imagino a Aznar negociando con Cardenal el n¨²mero de votos que se pueden comprar con dinero p¨²blico. En ese sentido, el Papa deber¨ªa tomar ejemplo de ¨¦l. A m¨ª se me ca¨ªa la cara de verg¨¹enza cuando vi entrar a Milingo en Castelgandolfo para negociar sus posturas. Estoy seguro de que Aznar, si tiene que excomulgar a Matas, lo excomulga (despu¨¦s de enterarse cu¨¢ntas veces lo ha hecho, como es l¨®gico). Otra cosa es que lo cese. Ya lo cesar¨¢n Dios o la Historia.
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