Un juzgado al rojo vivo

Corrupci¨®n, inseguridad, presiones y saturaci¨®n son algunos de los problemas que desde hace a?os han venido denunciando jueces, funcionarios y partidos pol¨ªticos locales en torno a los juzgados de Marbella. El robo de los 15 sumarios relacionados con Jes¨²s Gil ha sido el incidente m¨¢s grave, pero ni mucho menos el ¨²nico ocurrido en una sede judicial que soporta casos complicad¨ªsimos y donde se ha denunciado reiteradamente la enorme presi¨®n bajo la que trabajan jueces y funcionarios.

En los ¨²ltimos meses, cuatro de los siete magistrados asignados a Marbella han pedido el traslado. El propio Antonio Ruiz Vill¨¦n, magistrado de uno de los juzgados v¨ªctimas de robos, desempe?a actualmente sus funciones en comisi¨®n de servicios y no como titular. En la misma situaci¨®n se encuentra Antonio Navas, juez de Instrucci¨®n n¨²mero 4. El juez Santiago Torres, ex titular del n¨²mero 7, pidi¨® el traslado cuando concluy¨® el sumario del caso Atl¨¦tico, y lo mismo hizo el magistrado Fructuoso Jimeno, titular del Juzgado n¨²mero 6, quien tambi¨¦n hab¨ªa llevado el peso de algunos importantes asuntos urban¨ªsticos. En enero de 2000, el Poder Judicial apart¨® de la carrera judicial a la ex decana de los juzgados, Pilar Ram¨ªrez, por instruir casos en los que su familia ten¨ªa intereses.