Trujillo enterr¨® la coleta
El sistema se sostiene y regenera con vocaci¨®n de perpetuidad, mediante la mentira falsamente sesuda y universalmente admitida, que acalla contradicciones y asimila cr¨ªticas. Una de las mentiras m¨¢s extendidas, disfrazada de verdad, es la que reza aquello de 'que el toro pone siempre a cada cual en su sitio'. Y se quedan tan panchos. Si fuera verdad, ¨¦se que usted y yo sabemos no hubiera toreado m¨¢s de ochocientos festejos, ?a qu¨¦ no?
Continuando el juego, ninguno de los tres actuantes que se vistieron de torero en M¨¢laga habr¨ªa de continuar una vida de penuria, no porque reencarnen a Gallito, sino porque no son en nada inferiores a muchas figuras con quienes comparten defectos y, correlativamente, virtudes, que lo uno no va sin lo otro.
Varias ganader¨ªas / Rodr¨ªguez, Trujillo, Vivas
Tres toros de Cebada Gago. 1? y 5?, inciertos; 6? bravo, y tres de Astolfi, manejables. Miguel Rodr¨ªguez (silencio); estocada (petici¨®n de oreja y vuelta). Juan Jos¨¦ Trujillo; dos pinchazos, estocada tendida -aviso-, descabello (ovaci¨®n y saludos); estocada -aviso- (ovaci¨®n y saludos. Curro Vivas: bajonazo, oreja; estocada (petici¨®n de oreja y dos vueltas). Plaza de la Malagueta, 10 de agosto. 6? de abono. M¨¢s de un cuarto de entrada.
As¨ª, Juan Jos¨¦ Trujillo tore¨® a la ver¨®nica a sus dos toros, si bien el segundo se inutiliz¨® despu¨¦s de una airosa trecha. Con la muleta estuvo reposado, serio y sereno, adelantando el enga?o y embarcando despaciosamente, ligando en lo posible, dada la poca fuerza del astado, citando cruzados de lejos y rematando. O sea, hecho un torero. El quinto se estrope¨® tras un desastroso tercio de banderillas, y lleg¨® a la muleta sin emplazarse, sembrando la natural desconfianza. Tal bagaje no satisfizo al torero, que enterr¨® el a?adido en el albero. Hab¨ªa actuado con las heridas f¨ªsicas abiertas, despu¨¦s de una reciente cogida y con las morales m¨¢s abiertas todav¨ªa despu¨¦s de toda una carrera acompa?ada de una mala suerte disfrazada de sin igual cenizo. Las mentiras situar¨¢n a este torero en la historia en un lugar que no le corresponde. Con menos mentiras, ni Plat¨®n ni Prozac.
Miguel Rodr¨ªguez plante¨® una batalla a la defensiva en el primero y estuvo honrado en banderillas, valiente, voluntarioso y algo acelerado en el cuerto.
Curro Vivas banderille¨® con solvencia a sus dos toros, y en el tercero realiz¨® una faena de m¨¢s a menos, premiada con una oreja tras bajonazo, como si de figura se tratara. Se la jug¨® en el texto, con toda su voluntad, su falta de oficio y m¨¢s arrestos que muchos. Aqu¨ª, le negaron la oreja, como si fuera figura.
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