Ligar sin conocerse
'Una mujer gitana se cr¨ªa para su marido'. Lo asegura Enrique Jim¨¦nez, un estudiante de 17 a?os que ayuda en el negocio familiar de anticuarios. Es un chaval de clase media con camisa azul, vaqueros y mocasines, un impecable chico de parroquia, que acude cada tarde a la Iglesia Evang¨¦lica. En cuesti¨®n de mujeres, reconoce que su cultura es 'muy machista, pero tambi¨¦n muy bonita'.
Es heredero de una tradici¨®n que, dice, no va a cambiar nunca: a las chicas ni siquiera las piden los chicos. 'Mi padre ir¨ªa a decirle a su padre 'me gusta tu ni?a para mi ni?o', y se pondr¨ªan de acuerdo', explica. ?l considera 'un orgullo' pertenecer a una cultura as¨ª: 'Saber que tu mujer va a ser virgen, eso es muy bonito. Por mucho que la quieras, si una mujer est¨¢ tocada [no es virgen] no te puedes casar con ella'.
Tambi¨¦n todas las tardes, Antonio Jim¨¦nez, de 20 a?os, se re¨²ne con sus amigos. Pero no en la iglesia, sino junto al mercado de Orcasitas sur, un barrio deprimido de Madrid. All¨ª, con los ¨¦xitos de Jos¨¦ el Franc¨¦s saliendo a todo volumen de los coches, se habla de la venta ambulante en la que trabajan y, sobre todo, de chicas. 'Me gustan todas. Negras, payas, del Este... y a todas las chicas les gustan los gitanos. Pero las que m¨¢s morbo me dan son las gitanas, por supuesto. Igual por aquello de que son las ¨²nicas chicas prohibidas'.
Hacer lo prohibido
Poco a poco, estos chavales han encontrado c¨®mo saltarse, sin rupturas, las normas que les impiden ligar con chicas de su etnia. Porque cuando uno se acerca a una es para casarse. Y para ir sobre seguro: 'La ¨²nica forma es, evidentemente, saber de antes que le gustas'. 'Si te ven m¨¢s de un par de veces hablando solo con ellas, ya te la pueden adjudicar, y te metes en un l¨ªo. Por eso, la forma de llegarla es a trav¨¦s de tus propias hermanas y primas que hablan con las suyas. As¨ª van llegando m¨¢s o menos los mensajes'.
M¨¢s all¨¢ de rumores y miradas, incluso han podido estar juntos antes de que hablen los padres. 'Te la llevas a un pueblo de la sierra donde no te conozca nadie y ya est¨¢', dice. 'Hacer lo prohibido es la forma de moverse sobre seguro'. Y saber que a ella le gusta el chico es un seguro frente a la posibilidad de no gustarle a su padre. Cada vez m¨¢s, las parejas se escapan. Es la manera de formalizar su relaci¨®n al margen de los padres. Eso s¨ª, ella llega virgen a la boda.
Un gitano tiene prohibido verse a solas con las gitanas, pero ellas lo tienen tambi¨¦n prohibido con todos los dem¨¢s. Para hablar de hombres, piden que no se citen sus nombres. Hablar, se habla poco. 'Te ves, te miras, te gustas...' y todo eso 'en la iglesia, en las bodas y en las fiestas familiares'. Cada vez m¨¢s, las mujeres toman ellas la decisi¨®n. 'Mi padre no me obligar¨ªa a casarme con alguien que yo no quiera. Antes de aceptar a mi hombre, me pregunta'.
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