La defensa de la ley es subversiva en Rusia
Los encargados de vigilar la legalidad casi siempre ignoran o manipulan las normas
La Constituci¨®n y las leyes son capaces de garantizar el funcionamiento de un Estado de derecho en Rusia, pero quienes deber¨ªan vigilar su cumplimiento a menudo las ignoran o, peor a¨²n, las convierten en un instrumento de la arbitrariedad para castigar al adversario. Ignoran las leyes los funcionarios de Mosc¨², que se niegan a registrar a los fugitivos de los conflictos b¨¦licos postsovi¨¦ticos, y las ignoran los militares de Chechenia, como los oficiales y soldados del Ministerio del Interior que no han sido procesados por ensa?arse con la poblaci¨®n civil en los pueblos chechenos de Sernovodsk y Asinovska en julio.
Las organizaciones dedicadas a luchar por el respeto de la ley y por los derechos de los ciudadanos, sobre todo si son independientes del Kremlin, gozan de pocas simpat¨ªas en las instituciones de poder. A los militares les molesta la Uni¨®n de las Madres de los Soldados, dispuestas a prestar ayuda jur¨ªdica a los j¨®venes que huyen de las novatadas siniestras en los cuarteles o que se resisten a las levas, convertidas en perversas redadas al amanecer. A los pol¨ªticos en el poder les molestan los periodistas comprometidos, como Lidia Grafova, que denuncian los abusos contra civiles en Chechenia, y las asociaciones como Glasnost, que denuncia los abusos contra los medios de informaci¨®n. A los funcionarios gubernamentales les irritan las actividades de la Uni¨®n de Consumidores y del Instituto del Proyecto Nacional, que impulsan leyes para reducir la burocracia y eliminar el parasitismo.
A los ide¨®logos de la sociedad controlada y manipulada les irritan tambi¨¦n las actividades de Memorial, una de las m¨¢s prestigiosas organizaciones de defensa de los derechos humanos de Rusia, que tiene 65 organizaciones y una estructura de decenas de miles de personas.
En Rusia se est¨¢n estructurando hoy dos sociedades distintas. La primera est¨¢ formada por las instituciones que han surgido desde la base para defender los derechos del ciudadano. La segunda es construida por la Administraci¨®n del Kremlin con mucho dinero y con ayuda de personajes como Glev Pavlovski, un periodista especializado en intrigas bizantinas, cuya capacidad de impresionar es directamente proporcional a la opacidad del ambiente pol¨ªtico.
El trabajo que hoy realiza el Kremlin ha de culminar en una gigantesca asamblea en septiembre. El acontecimiento, con el que se quiere llenar una sala de 5.000 personas, coronar¨¢ la reuni¨®n que Putin mantuvo el pasado 12 de junio con representantes de diversas organizaciones c¨®modas. De aquel encuentro fueron marginados la mayor¨ªa de representantes de organizaciones inc¨®modas, que hab¨ªan participado pocos d¨ªas antes en una reuni¨®n con el financiero Georgi Soros, uno de los hombres que m¨¢s han apoyado econ¨®micamente el nacimiento de una sociedad civil en Rusia. La sociedad civil que no se alimenta en la karmuchka del Kremlin tiene sus propias preguntas y adem¨¢s puede acabar convirti¨¦ndose en parte de un proyecto alternativo a Putin en el futuro (sea el de Berezovski si regresa, sea el de alg¨²n nuevo oponente). Por eso, los expertos en relaciones p¨²blicas negras han iniciado una campa?a de desprestigio contra las organizaciones independientes. Parte de esta campa?a parece la noticia aparecida esta semana en Itar-Tass, seg¨²n la cual se hab¨ªa encontrado una supuesta carta de instrucciones del l¨ªder checheno Asl¨¢n Masj¨¢dov a Memorial. En la carta, r¨¢pidamente difundida por las p¨¢ginas de Internet vinculadas a Gleb Pavlovski, se presentaba a esta organizaci¨®n como un instrumento de la pol¨ªtica de los separatistas chechenos. El caso parece una burda operaci¨®n de propaganda.
'Nos atacan porque Memorial se ha convertido en la base de cristalizaci¨®n de la sociedad civil y somos el eje de muchas de las organizaciones existentes', afirma Arseni Roginski, presidente de la organizaci¨®n. Memorial defiende los derechos humanos, pero su punto fuerte es la reflexi¨®n sobre el pasado totalitario ruso. Uno de sus proyectos es un concurso de investigaciones escolares sobre la historia del estalinismo. Un trabajo, que apuesta por el cambio de mentalidad a largo plazo, en consonancia con la experiencia de democratizaci¨®n de la Rep¨²blica Federal de Alemania tras la II Guerra Mundial. Memorial resulta una amenaza para los proyectos que tratan de perpetuar y sacar partido de las relaciones cl¨¢sicas de poder en Rusia.
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