Dientes de sierra

Los madrile?os llaman, a la de Guadarrama, Sierra de Madrid, y la incautaci¨®n ofende a los segovianos de la vertiente norte, que siempre miraron con recelo las pretensiones expansionistas de sus vecinos de abajo. La vertiente madrile?a del Guadarrama fue poblada y colonizada en su tiempo por pastores segovianos, fundadores de pueblas y de pueblos y, siglos despu¨¦s, los madrile?os veraneantes les devolvieron el favor tomando para su ocio y su recreo los prados y los montes de El Espinar y San Rafael.

Por debajo de este contencioso hist¨®rico y simb¨®lico, Segovia y Madrid viven una intensa y fruct¨ªfera relaci¨®n de ida y vuelta; Madrid manda a Segovia puntuales oleadas de turistas, propios o for¨¢neos, degustadores de arte y patrimonio, cordero y cochinillo, y los segovianos descienden a la capital con la menor excusa para ir al cine o al teatro, asistir a grandes espect¨¢culos y visitar grandes superficies y grandes almacenes. Valladolid, capital auton¨®mica de Castilla y Le¨®n, queda casi a la misma distancia que Madrid, pero est¨¢ mucho peor comunicada con Segovia y su oferta de espect¨¢culos y compras es inferior; adem¨¢s, con Valladolid tambi¨¦n tienen los segovianos sus m¨¢s y sus menos, y en los primeros a?os de la democracia lleg¨® a funcionar un partido defensor de la autonom¨ªa uniprovincial de corte centrista.

Las comunicaciones entre Madrid y Segovia son manifiestamente mejorables, y en esto coinciden todos los transe¨²ntes del camino, vengan de donde vengan. El ferrocarril tarda dos horas en recorrer menos de cien kil¨®metros de v¨ªa, y la carretera que une Segovia con el t¨²nel de peaje del Guadarrama es estrecha, m¨¢s curvil¨ªnea de lo deseable y registra a ciertas horas un molesto tr¨¢fico de camiones y veh¨ªculos pesados. Adem¨¢s, los fines de semana se forman en las inmediaciones del peaje largas caravanas de comensales ah¨ªtos de lechones o lechazos que quieren volver a casa.

La soluci¨®n m¨¢s obvia para los problemas del tr¨¢fico rodado hubiera sido mejorar la carretera actual, eliminar tramos peligrosos, mejorar los arcenes y ensancharla un poco. El volumen de tr¨¢fico que registra la carretera, dicen los baremos, no justificar¨ªa la construcci¨®n urgente de una autov¨ªa, pero va a justificar la de una autopista de peaje, por supuesto, porque el Ministerio de Fomento no se anda con chiquitas y est¨¢ dispuesto a tirar la casa por la ventana, la nuestra, no la suya, porque la autopista la pagaremos los usuarios, los mismos que ya pagamos con creces la amortizaci¨®n del t¨²nel de Guadarrama, y nuestros descendientes, que seguir¨¢n pagando por este magn¨ªfico regalo del Estado, graciosa concesi¨®n de todos a la empresa concesionaria, m¨¢s bien explotadora en este caso. La misma empresa que tiene a su cargo ahora la concesi¨®n de este nuevo tramo de pago, la autopista Segovia-San Rafael, cuyos trabajos se han iniciado a toda prisa para responder con una pol¨ªtica de hechos consumados a las alegaciones, protestas, denuncias y reivindicaciones de los perjudicados, asociaciones ecologistas y consistorios de pueblos afectados, que ni siquiera han conseguido que el Ministerio de Fomento, o la empresa Iberpistas, les entreguen de forma oficial los proyectos de trazado y construcci¨®n de la autopista.

Aprovech¨¢ndose de esta indefinici¨®n, los constructores se permiten el lujo de equivocarse y pagan su equivocaci¨®n dejando un rastro criminal de 'centenares de tocones de encinas y pinos que han sido cortados innecesariamente', seg¨²n denuncia la asociaci¨®n ecologista Plataforma Sierra de Segovia. Los constructores han invadido una franja de terreno 'de muchos kil¨®metros de longitud y de unos diez metros de anchura', seg¨²n los denunciantes, y han derribado las vallas de algunas fincas ganaderas propiciando la fuga de las reses.

Las obras de la autopista se han iniciado casi en la clandestinidad, se supone que para no crear m¨¢s alarma social despu¨¦s de una fallida campa?a promocional en la que pol¨ªticos de la Junta de Castilla, funcionarios de Fomento y expertos contratados trataron de convencer a los segovianos de que era mucho mejor para ellos contar con una autopista de pago privada que con una autov¨ªa gratuita del Estado, una campa?a surrealista en la que se lleg¨® a utilizar el argumento de que el nuevo peaje contribuir¨ªa a mejorar la calidad del turismo segoviano seleccionando a los turistas de mayor poder adquisitivo.

Mientras los constructores de la autopista se equivocaban y dejaban sueltas a las vacas, el presidente Aznar inauguraba las obras del tren de alta velocidad, otra soluci¨®n desproporcionada en lo que respecta a los problemas de comunicaci¨®n entre Madrid y Segovia, nuevo trazado depredador, m¨¢s t¨²neles, m¨¢s especulaci¨®n y m¨¢s negocio, que es de lo que se trata. A peque?os problemas, grandes y lucrativas soluciones.