Thriller gatuno y perruno
La f¨®rmula de las pel¨ªculas de animaci¨®n no dibujadas sino elaboradas fotograma a fotograma con mu?ecos de pl¨¢stico o de otra materia maleable viene de muy atr¨¢s y ya goza, incluso, del almac¨¦n de riquezas formales de un clasicismo, que ha posibilitado el surgimiento de obras tan notables como, casi ayer, la inteligente y viv¨ªsima Chicken run, rebeli¨®n en la granja.
Pero ¨²ltimamente esta mu?equer¨ªa tradicional y su laborioso y esforzado proceso de puesta en pantalla est¨¢ dejando paso a otra cantera imaginativa, la de mu?ecos esbozados y definidos manualmente y luego desarrollados con el pulimento, la l¨®gica y la ¨®ptica del ordenador. Es una f¨®rmula que, junto a abundantes tanteos y bobadas, nos ha regalado recientemente la contundente delicia de Shrek.
COMO PERROS Y GATOS
Director: Lawrence Guterman. Int¨¦rpretes: Jeff Goldblum, Elizabeth Perkins, Alexander Pollock, Miriam Margolyes. Duraci¨®n: 90 minutos. EE UU, 2001 G¨¦nero: thriller.
Pero ahora llega esta Como perros y gatos que da otra -y van demasiadas- vuelta de tuerca al mismo hallazgo y propone como mu?ecos o modelos de partida a animales no dibujados o moldeados, sino capturados vivos por la c¨¢mara y cuyo gesto, asociado a las peculiaridades de su pedigr¨ª, los manitas del laboratorio inform¨¢tico, combinado con alg¨²n toque de cincelado fotograma a fotograma, dan un locuaz y vertiginoso desarrollo.
La f¨®rmula es en este filme una mezcla bastante amorfa de comedia con actores reales y de farsa trenzada con chuchos y felinos ver¨ªdicos, con movimiento y gestos informatizados. Nada original, pues es una treta que se ha hecho a menudo en el mundo cinematogr¨¢fico publicitario.
Es Como perros y gatos una historia que a todas luces parece de las de usar y tirar con la velocidad de consumo de una puerta de colegio, pues el resultado de este nuevo jugueteo de las t¨¦cnicas de animaci¨®n y las presencias de int¨¦rpretes reales es un cruce de habilidosa, pero sosa e incluso mala comedia humana y un completamente previsible thriller gatuno y perruno, que tiene como destinataria evidente a la avidez de la chiquiller¨ªa saciada de televisi¨®n y de verano, que digiere como lo que realmente son, churros, estas inofensivas, aparatosas y rentables inanidades.
Una vez m¨¢s, los productores de la cosa se olvidan de que el gran cine para ni?os es, adem¨¢s, un cine adulto, lo que no cabe decir de este engendrillo.
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