El triste final de Motaung
El ex jugador surafricano del Tenerife fallece a los 31 a?os, arruinado, v¨ªctima de una misteriosa enfermedad
Mogafisi Motaung, padre de Sizwe Motaung, estaba convencido de que su hijo se iba a recuperar a base de hierbas medicinales. Cre¨ªa que su enfermedad no entraba dentro de los c¨¢nones de la ciencia, que ten¨ªa mucho m¨¢s que ver con el esoterismo. Y que se volver¨ªa a curar, como ya sucedi¨® cuando ten¨ªa 14 a?os. Entonces se recuper¨®, mediante m¨¦todos tradicionales, de una dolencia extra?a que le ocasionaba fuertes dolores de cabeza y un descenso brusco en los niveles de az¨²car.
Antes de caer en la enfermedad que le ha dejado sin vida, el ex defensa del Tenerife hab¨ªa vivido dram¨¢ticos momentos personales: estaba arruinado y se hab¨ªa separado de su mujer, con la que ten¨ªa dos hijos. Lejos quedaba ya esa temporada 96/97 con el club canario, la mejor de la historia. Fue el momento de llegar a las semifinales de la Copa de la UEFA tras golear al Lazio (5-2) en el Heliodoro Rodr¨ªguez y de capitanear a la selecci¨®n de Sur¨¢frica que se proclam¨® campeona de la Copa de ?frica en 1996, ante la presencia de Nelson Mandela.
Momentos de gloria que hab¨ªan borrado malos recuerdos del pasado, ese tipo de hechos que un ni?o no olvida jam¨¢s. Con 14 a?os , seg¨²n su progenitor, se recuper¨® de un coma minutos antes de que los m¨¦dicos hubieran decidido desconectar las m¨¢quinas que le manten¨ªan con vida artificialmente. Meses antes le hab¨ªan internado en una instituci¨®n mental. Un historial m¨¦dico que desconoc¨ªan en el Tenerife por la sencilla raz¨®n de que las pruebas nunca reflejaron ninguna anomal¨ªa. Curiosamente, a su compatriota Nyathi, fichado por los chicharreros a la vez que a Motaung, s¨ª le diagnosticaron una dolencia, en este caso cardiaca, de la que fue tratado en Barcelona.
Pero el fatalismo m¨¦dico nunca abandon¨® a Motaung, s¨®lo estaba escondido en busca de otra oportunidad. El 20 de junio fue la fecha elegida para emerger. Ese d¨ªa, Mogafasi Motaung traslad¨® a su hijo de Newcastle, ciudad en la que resid¨ªan, al hospital Philisa de Pretoria. Motaung no pod¨ªa hablar, no pod¨ªa moverse por s¨ª mismo y no reconoc¨ªa a sus allegados. Una situaci¨®n cr¨ªtica a la que el hospital no pudo hacer frente por falta de medios. Dos horas despu¨¦s le ingresaron en una cl¨ªnica privada, la Legae Private Clinic en Mabopane. La respuesta de sus compa?eros fue inmediata y organizaron un partido ben¨¦fico y un concierto de m¨²sica para recaudar fondos y cubrir de esta forma las facturas. Un dinero invertido en una ciencia que el jueves no pudo con ese destino caprichoso que no entiende de adelantos t¨¦cnicos ni de hierbas medicinales.
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