Un nacionalista austero y carism¨¢tico
La rivalidad entre el presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, y el primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, se remonta a los tiempos de la oposici¨®n al r¨¦gimen de Tito, el dictador que mantuvo unida Yugoslavia durante 35 a?os. Djindjic cuenta en privado que Kostunica trabaj¨® bajo su direcci¨®n en una revista intelectual opositora. Durante alg¨²n tiempo, no mucho, Kostunica milit¨® en el Partido Democr¨¢tico (DS) de Djindjic, hasta que rompi¨® para fundar el suyo propio, el Partido Democr¨¢tico de Serbia (DSS).
Enfrentados durante las dispu- tas entre grupos, personas y grup¨²sculos de la oposici¨®n a Milosevic, Kostunica se convirti¨® en el candidato perfecto para derrotar al d¨¦spota en las urnas por su perfil de pol¨ªtico nacionalista, dem¨®crata e incorruptible, que nunca hab¨ªa colaborado ni con la dictadura de Tito, ni con el r¨¦gimen desp¨®tico de Milosevic.
Djindjic, el arquitecto de la Oposici¨®n Democr¨¢tica de Serbia (DOS), supo reprimir sus ambiciones y hambre de bal¨®n y cedi¨® el puesto a Kostunica. Formaron un d¨²o perfecto. Pero el idilio dur¨® poco.
Kostunica ha conservado su estilo austero de vida, vive en su modesto piso de siempre y se ha negado a usar y beneficiarse del poder. Con sus 45 diputados no cuenta Kostunica con mayor¨ªa suficiente para presentar una moci¨®n de censura y derribar al Gobierno de Serbia.
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