LA JOVIALIDAD DE JOS? HIERRO ALUMBRA SANTANDER
Jos¨¦ Hierro lleva a cuestas dos bombonas. Una de ox¨ªgeno, para superar la crisis respiratoria que le oblig¨® la segunda semana de agosto a suspender hasta hoy su taller de poes¨ªa en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP), de Santander e ingresar en el hospital. Otra de inspiraci¨®n para los alumnos de entre 16 y 60 a?os que encontrar¨¢ desde hoy y hasta el viernes en clase.
Al poeta, miembro electo de la Real Academia Espa?ola y Premio Cervantes se le esperaba ayer con ansia y lleg¨® dispuesto a sembrar dudas: 'Si me preguntan c¨®mo se va a desarrollar el curso, no lo s¨¦, depende de los alumnos. Yo pretendo que salgan con m¨¢s dudas de las que trajeron al entrar', cont¨® ayer a su llegada al Palacio de la Magdalena.
Se sent¨® y abri¨® una botella de agua. Bebi¨® varias veces. Agarraba la copa con tres dedos, los mismos que se colocaba tambi¨¦n sobre su cabeza desnuda y sonrosada. Primero cont¨® c¨®mo estaba: 'Bien, muy bien, he subido las escaleras sin fatiga. Yo no soy de los que llevan la enfermedad dram¨¢ticamente'. Luego, lo que esperaba del taller. 'Debe ser una aventura, habr¨¢ alumnos de muchas procedencias, todo el abanico, que dir¨ªa un cursi, y por tanto no s¨¦ lo que pasar¨¢'.
Tambi¨¦n confes¨® su obligaci¨®n de escribir y su incapacidad para ello. 'Tengo que terminar poemas empezados, hacer el pr¨®logo del libro de un amigo y escribir el discurso de ingreso en la Academia. Seguramente sobre la prosa de Juan Ram¨®n. Es lo que tengo que hacer desde que llegu¨¦, pero a m¨ª lo que m¨¢s me gusta hacer aqu¨ª es ir a la playa'. Luego se proclam¨® orgulloso y se alej¨® de la falsa modestia de quien dijo: '?Qu¨¦ pinto yo en la Academia?'. 'Lo dije porque para m¨ª es un trabajo y no s¨®lo algo por lo que pueda constar en las tarjetas. Mi orgullo me obliga a demostrar que si me ofrecen un puesto debo ser digno de ¨¦l. No quiero ser el pariente pobre ni el invitado gorr¨®n'.
Cuando Hierro se meti¨® en harina llegaron las bromas y la poes¨ªa. Hasta recit¨® unos versos a petici¨®n popular, los de Caballero de oto?o. Y cont¨® an¨¦cdotas para dulcificar su peque?o nerviosismo: '?Se dan cuenta de toda el agua que estoy bebiendo hoy?. 'Me viene a la memoria ese se?or de aqu¨ª que se estaba muriendo y dijo: 'tengo sed'. Le sirvieron agua y pregunt¨® qu¨¦ era lo que le hab¨ªan dado. 'Agua', le contestaron. 'Pues est¨¢ muy rica' respondi¨® ¨¦l. Pues eso, est¨¢ muy rica esta bebida que tienen ustedes en Palacio, como dir¨ªan los reyes'.
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