Cuesti¨®n de 'timing'

Hay gente que posee el sentido del tiempo y gente que es como una presentadora de televisi¨®n transmitiendo las campanadas de Fin de A?o. Lo que yo tengo es un problema con la oportunidad y su circunstancia. Algo as¨ª como la falta de timing de esas parejas cuyos caminos divergen en el momento menos adecuado, a pesar de estar claramente predestinados el uno para el otro: yo misma con Robert Redford, que cuando me apetec¨ªa, o sea, siempre, ¨¦l estaba con su se?ora o con Sonia Braga.

Y eso fue, falta de timing, lo que me ocurri¨® con las Agustinas, que estudi¨¦ dos cursos con ellas cuando yo ten¨ªa como 12 o 13 a?os, pero en aquel tiempo mis monjitas carec¨ªan de posibles y por eso me cobraban puntualmente a fin de mes; tal fue, y no otra, la raz¨®n de que acabara abandon¨¢ndolas. Ello ocurri¨®, por supuesto, mucho antes de que en el camino de las Agustinas se cruzara un hombre sin escr¨²pulos, el tristemente famoso bandolero Jess Cartera, y les hiciera proposiciones para invertir.

Y es bien curioso, porque a las Agustinas que yo conoc¨ª, aunque gozaban de unos mostachos y unas p¨²as en la barbilla que para s¨ª hubiera querido el Nuncio, nunca les gustaron los invertidos. Cuando veo el trecho que aquellas modestas Agustinas de mi puberez han recorrido, no puedo dejar de sentirme orgullosa y quiz¨¢ hasta algo melanc¨®lica. ?Contribuyeron mis aportaciones mensuales a su actual situaci¨®n? De haber seguido practicando el Agustinaje, ?recibir¨ªa yo hoy el apoyo sin condiciones de la Conferencia Episcopal? He aqu¨ª una duda que me perseguir¨¢ siempre. Aunque a m¨ª, si me dieran a elegir, lo que me gustar¨ªa de verdad ser¨ªa que me mirara con lujuria ?scar Alzaga, ese hombre que es como rey en el pa¨ªs de la ONCE.

Otra singular torpeza m¨ªa, o falta de coincidencia en el tiempo, es la que me hace llegar tarde a los deportes. Por ejemplo, me he empezado a interesar por el atletismo s¨®lo desde que se ha empezado con el antidopaje (he pasado a mi farmacia la lista de sustancias que un deportista no puede tomar pero un cristiano let¨¢rgico s¨ª, y me estoy poniendo tuerta, francamente), pero, como estoy desincronizada, a¨²n no s¨¦ por qu¨¦ a la Uni¨®n Europea la ha asaltado la frustraci¨®n porque le han dado la sede de los an¨¢lisis a Montreal. Canad¨¢ parece un pa¨ªs seguro para estas cosas; mejor que Brasil, que la otra noche escuch¨¦ en El larguero que a una atleta le perdieron el tubito con la orina y anda la pobre escocida por la situaci¨®n. Lo horrible es que conect¨¦ la radio tarde, para variar, y no me hice con el nombre de la susodicha. Por lo cual abro todos los d¨ªas el peri¨®dico por la secci¨®n de Deportes, a ver si me entero de qui¨¦n era y, en definitiva, qu¨¦ fue de su apreciado pis, y as¨ª ha sido como he sabido lo de la UE y Montreal. A destiempo.

Me ocurre lo mismo con la frivolidad: cuando le ten¨ªa cogido el punto a Raquel Mosquera enviud¨® y se puso de luto, y ahora me veo en la necesidad de perseguir a Aramis Fuster, que est¨¢ claramente pose¨ªda por el Ansia de Pareo de Mosquera.

Sin embargo, lo m¨ªo no es nada comparado con lo de la OTAN, que mandan la Operaci¨®n Cosecha Esencial cuando la Macedonia no est¨¢ precisamente para acompa?arla con un vino. Digo yo que qui¨¦n les prepara los esl¨®ganes a los militares: un empleo as¨ª querr¨ªa tener. Como de poeta.

Otros, en cambio, me parecen envidiablemente centrados: Carlos Menem y Domingo Cavallo, por ejemplo, siempre meten mano en la caja cuando est¨¢n en el poder, que es una forma de meter mano en el momento m¨¢s conveniente. Y sin perder el control, sobre todo Cavallo, que tiene un galope en su Gobierno y el otro mandando la pasta a bancos extranjeros, y a la vez pasa la gorra ante el Fondo Monetario Internacional. Y qu¨¦ decir del ministro Piqu¨¦, que se ha quejado con raz¨®n a su hom¨®logo en Rabat (sincron¨ªa total: ?tener un hom¨®logo, aunque sea marroqu¨ª!) de que en Espa?a no recibimos ni un duro del negocio de las pateras, con lo bien que se lo estamos poniendo. Ahora que lo pienso, siempre le encontr¨¦ al ministro un toque Agustinete y Cortadillo.

Domingo Cavallo

'Tiene un galope en su Gobierno y el otro mandando

la pasta a los bancos extranjeros'