Con la 'bici' al div¨¢n
Una depresi¨®n hunde al orgulloso ciclista belga Vandenbroucke
Al ciclista belga Frank Vandenbroucke le ha podido su soberbia. Desde 1999, cuando el gremio se fij¨® en su mirada asesina, de superioridad, con la que acongojaba a sus rivales en la Vuelta a Espa?a, y le empez¨® a considerar el primer heredero leg¨ªtimo del rey Eddy Merckx, El Can¨ªbal, su figura ha estado alejada de la carretera.
Tumultuosos cambios de equipo, lesiones no confirmadas y estados depresivos le han obligado a comenzar ahora desde cero con la colaboraci¨®n de un psic¨®logo y un fisioterapeuta. As¨ª, se ha fijado 2002 como una rampa de lanzamiento que no entiende de viajes cortos, sino s¨®lo de la carrera por etapas consagradora: el Tour de Francia.
'He visto a algunos ganadores del Tour que son peores que yo', ha comentado Vandenbroucke en la conferencia de prensa en la que ha revelado que no volver¨¢ a pedalear hasta el pr¨®ximo curso y que, por supuesto, no seguir¨¢ en el conjunto italiano Lampre.
Hace tiempo que el pelot¨®n no acog¨ªa a un ciclista con semejantes arrebatos. Ni siquiera la antipat¨ªa del estadounidense Lance Armstrong genera frases de ¨¦sas. Hay que remontarse a los a?os de Merckx o del franc¨¦s Bernard Hinault, que hund¨ªan a sus rivales con un simple aceler¨®n o con un '?eh, t¨², al grupo, que es donde tienes que estar!'.
Sin embargo, Vandenbroucke se olvida de algo: todav¨ªa no ha ganado nada importante. Dos etapas de la ronda espa?ola y una Lieja-Bastogne-Lieja en el citado 1999 son sus ¨²nicas condecoraciones. Escaso r¨¦dito para alguien que reniega de compa?eros que han sido capaces de ganar el Tour.
'No aceptaba las derrotas. Las derrotas eran para otros, no para m¨ª', ha confesado. Su desprecio hacia los dem¨¢s le iba consumiendo. Quer¨ªa estar solo, alejado de todos los que, aun siendo inferiores en su criterio, se impon¨ªan en las pruebas de prestigio. Al final, la desaz¨®n ha podido con el Vandenbroucke persona. La carcoma le ha agujereado. En un acto consecuente, ha decidido ponerse en manos de un psic¨®logo y un fisioterapeuta.
Empezar desde cero tiene su contrapartida. Vandenbroucke lleva varios meses sin tocar la bici. Ahora practica dos horas de nataci¨®n y escalada. M¨¦todos extra?os, pero que no tienen por qu¨¦ fallar, en especial en el ciclismo, que ha dado grandes campeones con la cabeza en otro sitio. Un ejemplo es el italiano Gianni Bugno, doble campe¨®n mundial, sombra de Miguel Indur¨¢in durante a?os y que super¨® su miedo a los descensos escuchando m¨²sica cl¨¢sica.
Si el plan f¨ªsico y emocional da resultado, habr¨¢ que volver a tener en cuenta a Vendenbroucke. Sobre todo, tras el resurgir de ciclistas que han triunfado despu¨¦s de bruscos cambios fisiol¨®gicos. Armstrong no ser¨ªa seguramente el que hoy es sin ese c¨¢ncer que cambi¨® su fisonom¨ªa y le hizo ver la vida de otra forma. Tampoco el franc¨¦s Laurent Jalabert habr¨ªa ganado una Vuelta a Espa?a sin su ca¨ªda en Armentiers, sin aquel gendarme que la provoc¨® por querer sacar una foto delante del pelot¨®n a escasos metros de la meta.
Unos acontecimientos que cambiaron la personalidad de dos corredores que, a partir de ese momento, ya no aceptaron las derrotas. Quiz¨¢ Vandenbroucke ha encontrado su punto y aparte y pueda dentro de poco comportarse como sabe o pretende saber: dejando claro que es mejor que nadie, a lo Merckx o a lo Hinault. Pero, de momento, debe reflexionar en el div¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.