Espanto en primer plano
Iban a Fuerteventura y arribaron a la Isla de Lobos. Buscaban una vida mejor y encontraron la muerte en ese islote de las Canarias. Ahogados. As¨ª murieron ayer, de madrugada, nueve de los 17 ocupantes de la embarcaci¨®n que les hab¨ªa trasladado y cuyos tripulantes les obligaron a saltar al agua a cierta distancia de la costa, seg¨²n han relatado los supervivientes. La v¨ªspera, en Cabo de Gata, Almer¨ªa, otros cuatro inmigrantes se ahogaron en similares circunstancias. Testigos presenciales han informado de que los cuatro se hundieron nada m¨¢s abandonar el barco. Sin duda no sab¨ªan nadar. Seguramente tampoco sab¨ªan los nueve de Isla de Lobos. No es dif¨ªcil imaginar la angustia de esas personas, obligadas por los capos de las mafias, en cuyas manos hab¨ªan puesto sus vidas, a jug¨¢rsela en esos 50 o 100 metros que les separaban de la playa.
Frente a esa tragedia resultan bastante rid¨ªculas las discusiones sobre la influencia que pueda tener la actual o la anterior Ley de Extranjer¨ªa en el aumento o disminuci¨®n del flujo de inmigrantes. Hace falta una pol¨ªtica -a poder ser europea- para controlar los flujos de inmigraci¨®n, pero si hay tantas personas dispuestas a jugarse la vida por escapar de la miseria, no es una ley lo que les har¨¢ desistir.
Es cierto que el control de la inmigraci¨®n ilegal es inseparable de la apertura de cauces para la inmigraci¨®n legal, pero para alcanzar un equilibrio es indispensable la cooperaci¨®n de los pa¨ªses de origen; y es evidente la tendencia de Marruecos a desentenderse del problema o, al menos, a no actuar con la eficacia deseable. Y aunque el problema es compartido, como manifest¨® ayer Rabat en respuesta al emplazamiento del ministro espa?ol de Exteriores, es evidente que si en un fin de semana como el pasado llegan a las costas andaluzas un millar de inmigrantes ilegales procedentes de Marruecos, el esfuerzo de control es insuficiente. Y ese descontrol est¨¢ detr¨¢s de tragedias como las que hoy aparecen en primer plano y en primera plana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ley extranjer¨ªa
- Inmigrantes magreb¨ªes
- Redes ilegales
- Tr¨¢fico inmigrantes
- Pateras Canarias
- Pateras Estrecho Gibraltar
- Opini¨®n
- Marruecos
- Pateras
- Estrecho Gibraltar
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Aguas territoriales
- Inmigraci¨®n irregular
- Legislaci¨®n espa?ola
- Inmigrantes
- Costas
- Magreb
- Pol¨ªtica migratoria
- Tr¨¢fico personas
- Fronteras
- Delincuencia
- Inmigraci¨®n
- ?frica
- Migrantes