Un total de 2.244 condenados por los jueces de Madrid est¨¢n en situaci¨®n de busca y captura

Un total de 2.244 ciudadanos se hallan en la actualidad en situaci¨®n de b¨²squeda y captura por tener pendiente el cumplimiento de sus condenas o por no haber comparecido a las citaciones de jueces de Madrid. Sobre estas personas pesan sentencias condenatorias firmes, de hasta cinco a?os de prisi¨®n, que no han cumplido por hallarse en paradero desconocido. La polic¨ªa acude a los domicilios en los que dijeron vivir durante el juicio y no los encuentran. Tambi¨¦n hay condenados que se hallan en esta situaci¨®n porque han cambiado de domicilio sin haberlo comunicado previamente al juez.

Las ¨®rdenes de b¨²squeda contra estas personas han sido dictadas por los cuatro jueces de ejecutorias que hay en la plaza de Castilla de Madrid. Estos magistrados se encargan de hacer cumplir las sentencias que dictan los 23 juzgados de lo penal de la capital madrile?a. En la actualidad, estos jueces tienen en sus juzgados unas 20.000 sentencias pendientes de ser cumplidas, 5.000 menos que hace tres a?os. 'Unas no se han ejecutado a¨²n porque no aparece el reo, y otras se hallan en tr¨¢mite de cumplimiento', seg¨²n fuentes judiciales. 'Si la pena es, por ejemplo, el pago de una multa y el reo la est¨¢ pagando a plazos, la sentencia no se considera ejecutada hasta que se cubre la totalidad del importe'. Cumplir una sentencia no es el ¨²nico motivo que puede llevar a los jueces y tribunales de Madrid a decretar la b¨²squeda de alguien. No asistir a un juicio o a un interrogatorio tras ser llamado m¨¢s de tres veces puede desatar esta orden.

La cifra de 2.244 personas en situaci¨®n de b¨²squeda se refiere ¨²nicamente a casos ya enjuiciados que proceden de los juzgados de lo penal (que juzgan delitos con penas inferiores a cinco a?os de c¨¢rcel), pero no incluyen las b¨²squedas decretadas por los juzgados de instrucci¨®n (los que investigan delitos) ni las dictadas por la Audiencia de Madrid (que juzga delitos con penas superiores a cinco a?os: asesinatos, narcotr¨¢fico a gran escala, etc¨¦tera).

Esta ¨²ltima instancia judicial ten¨ªa hace dos a?os cerca de un millar de personas en b¨²squeda y captura. Cabe la posibilidad de que sobre una misma persona recaigan varias ¨®rdenes de captura simult¨¢neas procedentes de distintos jueces. 'Casi la mitad de los buscados son inmigrantes, personas que no tienen un domicilio fijo en Madrid', seg¨²n fuentes jur¨ªdicas.

Los jueces ordenan que se les busque para comunicarles que deben cumplir la condena que se les ha impuesto (prisi¨®n, abono de multas e indemnizaciones a v¨ªctimas, trabajos de utilidad p¨²blica... ). Los huidos asistieron al juicio, algunos esposados y otros no, pero luego desaparecieron sin dejar rastro.

Los jueces, al emitir sus ¨®rdenes, distinguen entre b¨²squeda y captura, y b¨²squeda para disposici¨®n judicial. De las 2.244 personas que se buscan, 1.260 tienen ¨®rden de captura, ya sea porque el afectado estaba preso y no regres¨® a la c¨¢rcel tras disfrutar de un permiso, o bien porque ha cambiado de domicilio y se halla ilocalizable para obligarle a cumplir la condena. El resto de reos, 984, est¨¢n en la llamada lista de b¨²squeda y puesta a disposici¨®n judicial.

El listado de reos buscados por los jueces cambia constantemente, ya que las fuerzas de seguridad detienen a diario en Madrid a cerca de una decena de personas e incluyen en sus ficheros a otras distintas.

Centros de desintoxicaci¨®n

Asimismo, los cuatro jueces de ejecutorias de la plaza de Castilla de Madrid tienen en la actualidad a 188 personas en centros de desintoxicaci¨®n de drogas. Son personas que han cometido un delito y que los jueces prefieren que se rehabiliten en granjas, en lugar de en c¨¢rceles, por entender que la adicci¨®n a la droga fue la causa de sus fechor¨ªas.

La mayor parte de las veces el delito que se imputa a estos toxic¨®manos es el robo. Para que el juez sustituya la pena de prisi¨®n por el ingreso en una granja, basta que la pena impuesta no supere los tres a?os de c¨¢rcel y que haya una voluntad real del condenado de rehabilitarse. Tambi¨¦n es preciso que la sentencia recoja esta circunstancia como atenuante de la condena.

Cuando los jueces estiman que el autor del delito padece un trastorno mental y que ¨¦ste influy¨® en el hecho delictivo, lo absuelven por inimputable y lo env¨ªan a un centro especializado para que reciba tratamiento. Si el reo es un peligro para la sociedad, entonces se le env¨ªa a un centro psiqui¨¢trico penitenciario cerrado.

El caso de Francisco Garc¨ªa Escalero, el mendigo psic¨®pata, el mayor asesino en serie de la historia de Madrid, es un ejemplo. Fue absuelto de una quincena de asesinatos y en la actualidad se halla en el m¨®dulo de psiquiatr¨ªa del penal de Fontcalent (Alicante). Los jueces de ejecutorias de Madrid han enviado en lo que va de 2001 a 60 individuos a centros de este tipo.