En las turbulencias del imperio

La historia de Roma, prolijamente contada por los grandes maestros de la historiograf¨ªa antigua -Salustio, Tito Livio, T¨¢cito, Amiano Marcelino-, ha cautivado desde siempre la imaginaci¨®n de los novelistas. Especialmente la historia del Imperio, en la que abundan personajes e intrigas novelescas que permiten desarrollos plausibles y la introducci¨®n de personajes ficticios. De Bulwer-Lytton a Gore Vidal, pasando por Sienkewicz, Merezhovsky, Slaughter, Waugh, o Yourcenar, por s¨®lo citar los primeros que acuden a la memoria, son muchos los novelistas que han bebido en aquel prolongado y brillante periodo de la historia de Europa. El prol¨ªfico escritor finland¨¦s Mika Waltari (1908-1979), cuyo Sinuh¨¦, el egipcio (1945) se convirti¨® en uno de los grandes best sellers hist¨®ricos de todos los tiempos (especialmente despu¨¦s de que Michael Curtiz la llevara al cine en 1954), tambi¨¦n se fij¨® a menudo en la historia romana, a la que utiliz¨® como pretexto para reflejar el profundo pesimismo de raigambre ultraconservadora que impregn¨® toda su obra a partir de mediados de los a?os cuarenta. S.P.Q.R. El senador de Roma, publicada originalmente en 1964, se centra en la figura (ficticia) del senador Minuto Lauso Maniliano y en un periodo que se extiende desde Claudio hasta Vespasiano. Como es frecuente en las novelas hist¨®ricas de Waltari, la novela se narra en primera persona por un personaje que es una especie de 'perdedor' y que es testigo de todas las intrigas del periodo, incluyendo, en este caso, el famoso incendio de Roma.