Resguardarse del miedo a la soledad
Tom¨¢s Val escribe en Palabras de madera una historia coral cuyas voces buscan ir al origen de todo y donde la muerte y los muertos son el eje central.
PALABRAS DE MADERA
Tom¨¢s Val Espasa Calpe. Madrid, 2001 316 p¨¢ginas. 2.700 pesetas
En Palabras de madera se dan cita una serie de modos narrativos encaminados a construir un espacio m¨ªtico. Todos los acontecimientos que se suceden en la novela tienen como origen la memoria, de una tierra y de unos seres nacidos en ella para alimentarla con la muerte. Toda la narraci¨®n de los acontecimientos, que se suceden con el desorden propio de la memoria, es producto del recuerdo. Se sobreponen unos sobre otros hasta cobrar una dimensi¨®n donde la frontera con la realidad resulta difusa, pero ¨¦sta existe, y el lector, guiado a trav¨¦s de una sucesi¨®n de amores, muertes, odios, infancias eternas y ancianidades difusas, va reconociendo y recomponiendo un espacio y una m¨ªtica emparentada con la muerte. No son fantasmas lo que habitan estas p¨¢ginas, sino muertos que hablan y rememoran y escuchan, y que tienen la misma dimensi¨®n que los vivos. Estamos ante ese modo literario, cuyo eje central es la obra de Quevedo, y que se emparienta hoy con la novel¨ªstica de Cela.
Los personajes se suceden y alternan de modo coral. As¨ª, en toda la novela apenas si hay una voz que se sobreponga a otra; todas componen un conjunto, el del pueblo de Marcillo, donde la ¨²nica realidad es la lluvia persistente que tiene valor simb¨®lico.
Val hace uso de una estructura circular donde los acontecimientos, recuerdos, se repiten. Porque le interesa orquestar una obra en la que la tragedia de la vida aparezca, con sus variantes y matices, como una repetici¨®n, cuyo motivo central es la muerte: la muerte como explicaci¨®n de la vida, pero sobre todo como modo de pensamiento en el que el l¨ªmite entre la vida y la muerte no existe.
Es Palabras de madera una b¨²squeda del origen, de la tierra, por eso 'el cura Calixto declar¨® que el dios de siempre hab¨ªa muerto por la peste y que de ahora en adelante habr¨ªa que adorar a la tierra y creer firmemente que la vida segu¨ªa igual despu¨¦s de la sepultura'. Toda la obra circula en torno a esta idea. De ah¨ª que las mujeres presientan la muerte en el vientre igual. Es, en fin, el t¨®pico 'de la cuna a la sepultura'.
Val ha escrito una intencionada novela en la que ha conjugado con acierto las estructuras y el asunto. Sin embargo, en diversos momentos, el hilo narrativo deja demasiado espacio a las recreaciones de corte costumbrista, a veces en el lenguaje, innecesarios y molestos a una novela que habla de los muertos para resguardarse del miedo a la soledad.
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