Camino de hierro
En su largo recorrido, la exposici¨®n fotogr¨¢fica Caminos de Hierro, patrocinada por la Fundaci¨®n de Ferrocarriles Espa?oles, ha llegado a Bilbao. Como no se pod¨ªa esperar menos, ocupa el monumental vest¨ªbulo de la estaci¨®n de Abando, que en su momento tambi¨¦n sirvi¨® de anfiteatro para ubicar las esculturas tot¨¦micas, a base de traviesas de tren, del artista Agust¨ªn Ibarrola. Este espacio, adem¨¢s de estar en pleno centro de Bilbao, es lugar de tr¨¢nsito para miles de viajeros que vienen y van por el valle del alto Nervi¨®n y desde ambas m¨¢rgenes de la r¨ªa. Una peculiaridad que, aunque no ofrezca mucha garant¨ªa para una observaci¨®n sosegada y tranquila, garantiza una visita masiva de todo lo que all¨ª de exponga. De esta manera, expertos y profanos tiene la misma posibilidad para saborear las mieles del arte.
La exposici¨®n Caminos de Hierro es fruto de un concurso fotogr¨¢fico que viene organizando Renfe desde hace quince a?os. La proyecci¨®n profesional que ofrece a los ganadores es bastante m¨¢s generosa que unos premios en met¨¢lico nada desde?ables, especialmente para los primeros. Su llamada es tan fuerte que en esta ocasi¨®n la participaci¨®n ha sido m¨¢s de dos mil personas. Se han presentado autores de Finlandia, Canad¨¢, Argentina, Alemania, Cuba o incluso Bangladesh; y por supuesto de EE UU, Reino Unido o Espa?a desde todas sus comunidades aut¨®nomas.
De todo el material recibido se han seleccionado cien im¨¢genes, que son las que conforman el bloque expuesto y, adem¨¢s, han servido para la edici¨®n de un manejable cat¨¢logo conmemorativo. Sin participar en el jurado uno no puede saber c¨®mo han sido los restos, pero la selecci¨®n es de una excelente calidad. Las aportaciones son de todo estilo y categor¨ªa. No falta originalidad de pensamiento y la propuesta de reflexi¨®n generalmente se ofrece desde la belleza. Recogiendo la tendencia actual de la fotograf¨ªa, los originales han tenido el m¨¢s diverso tratamiento t¨¦cnico, tanto en color como en blanco y negro: en unos casos han recibido manejo inform¨¢tico y en otros, sencillamente, el fotoqu¨ªmico. Por otro lado, los aspectos de ficci¨®n, conseguidos desde las m¨¢s variadas t¨¦cnicas del fotomontaje, solarizaciones o cualquier otra formula efectista, incluido alg¨²n desenfoque con aires impresionistas, han desplazado de los primeros puestos al documentalismo m¨¢s cl¨¢sico y progenitor de la disciplina.
En el momento de elegir entre todos estos matices estil¨ªsticos tan heterog¨¦neos, uno piensa en las dificultades que ha debido tener el jurado, pero, inevitablemente, tambi¨¦n se plantea la duda de la ecuanimidad del premio. Es muy complicado medir cosas tan diferentes como las que encontramos en la exposici¨®n desde el mismo rasero. La mayor garant¨ªa, viniendo de una instituci¨®n organizadora tan potente, ser¨ªa establecer distintos apartados donde cada especialidad compitiera en igualdad de condiciones. No se trata de realzar las nuevas modalidades y marginar las que precedieron. Cada una de ellas tiene su espacio, su clientela, su aplauso y sus virtudes art¨ªsticas. Todas son creaciones que llegan de la reflexi¨®n interior y buscan innovaciones expresivas aunque luego llegue lo m¨¢s prosaico: el uso que se vaya hacer de ellas.
En cualquier caso, la visita es recomendable, ya que podremos disfrutar de excelentes composiciones. La ganadora, de Joaqu¨ªn Fanjul (Gij¨®n, 1957), se titula Pasajera virtual; es una imagen futurista, impactante, cargada de la temperatura elevada que ofrece la tecnolog¨ªa digital. Le acompa?a en segundo lugar el algecire?o Rom¨¢n Navarro con una acertada toma cenital, unos sugerentes trazos geom¨¦tricos sobre un plano cerrado para cambio de v¨ªas envuelto por traviesas y piedras. Pero no debemos pasar por alto las composiciones de Alberto Porres, de Tarragona, Ra¨²l Montesano, de Madrid, ni tampoco las tres magnificas fotograf¨ªas de reportaje realizadas por el riojano Vicente Peir¨® en un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo. Mucha imagen, buena calidad para una estancia un poco breve.
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