El Arzobispado de Granada avala a un cura casado como profesor de religi¨®n
La Conferencia Episcopal dice que los docentes deben dar 'testimonio personal' de la doctrina
La pol¨¦mica sobre si la Iglesia cat¨®lica puede despedir a los profesores de religi¨®n por su vida privada, apoy¨¢ndose en el convenio bilateral entre Espa?a y el Vaticano, se extendi¨® ayer a otras provincias y tuvo una derivaci¨®n en Granada, donde un cura casado cuenta este a?o con el aval del episcopado para ense?ar esa materia y otro, ya jubilado, la ha impartido durante a?os. La Conferencia Episcopal insisti¨® ayer en que 'la naturaleza propia de la ense?anza religiosa reclama el testimonio personal del profesor acorde con lo que ense?a'.
Casarse por lo civil con un divorciado inhabilita a una mujer para la ense?anza de la religi¨®n porque, seg¨²n la Iglesia, quien lo hace se sit¨²a fuera de ella por voluntad propia. Sin embargo, ser cura, dejarlo y casarse est¨¢ perfectamente admitido para figurar en las listas de profesores de catolicismo que cada a?o los obispos facilitan al Ministerio de Educaci¨®n para que ¨¦ste contrate y pague como docentes en los colegios p¨²blicos. Pedro Talavera Arboleda, un ex sacerdote jiennense de 65 a?os, pidi¨® 'la reducci¨®n al estado laical' en 1976. Se cas¨®, tuvo hijos, hizo un master en asesor¨ªa fiscal y trabaj¨® en distintos quehaceres. Sin embargo, en 1993, por avatares de la vida 'como a tanta gente', dice, le lleg¨® el paro. Un d¨ªa pas¨® por el Arzobispado de Granada y pens¨® en la posibilidad de dar clase de religi¨®n. Entr¨® y lo trataron 'como un hermano'. Muy pronto le ofrecieron un trabajo. Desde entonces ha trabajado en varios institutos de la provincia de Granada.
La Conferencia Episcopal Espa?ola, por boca del arzobispo de Granada, Antonio Ca?izares, proclam¨® ayer que 'la naturaleza propia de la ense?anza religiosa reclama el testimonio personal del profesor acorde con lo que ense?a'. 'Su vida es su primer lenguaje, especialmente cuando esa vida o actuaciones no quedan en lo meramente privado, sino que tienen un car¨¢cter o dimensi¨®n p¨²blica y entra?an, por su misma naturaleza, una actuaci¨®n jur¨ªdicamente p¨²blica', opina el episcopado espa?ol en un comunicado oficial emitido para fijar su posici¨®n en el caso de Resurrecci¨®n Galera, la profesora cesada en Almer¨ªa por casarse por lo civil con un divorciado.
Abandonar la sotana
El caso de Pedro Talavera no es ¨²nico. En Granada mismo hay otros curas casados que reciben cada a?o la declaraci¨®n eclesi¨¢stica de idoneidad (DEI) como requisito previo para ser contratados por el Ministerio de Educaci¨®n como profesores, siempre a propuesta de los prelados, que pueden renovarles la DEI o no al final de cada curso.
Uno de estos ex sacerdotes casados dedicados a dar clase de religi¨®n sin problemas tiene casi cincuenta a?os de edad y trabaj¨® algunos a?os en una importante industria granadina despu¨¦s de abandonar la sotana. Cuando lleg¨® el momento de un despido masivo, ¨¦l se qued¨® en la calle. Recurri¨® entonces a sus antiguos conocimientos para ingresar en las aulas. El profesor, que no quiso hablar con este peri¨®dico ni quiere ser identificado -'porque corre peligro el pan de mis hijos', dijo-, trabaja en un instituto de la capital granadina.
Adem¨¢s de estos dos ejemplos, seg¨²n quienes conocen la situaci¨®n, profesores de religi¨®n que son curas arrepentidos y casados hay en muchos institutos de Espa?a. Ello a pesar de que el sacerdocio, seg¨²n la doctrina de la Iglesia, imprime car¨¢cter. Es decir, es para toda la vida. 'Una vez recibida v¨¢lidamente, la ordenaci¨®n sacerdotal nunca se anula', dice el canon 290 del C¨®digo de Derecho Can¨®nico. Otro canon advierte, adem¨¢s, de que 'la p¨¦rdida del estado clerical no lleva consigo la dispensa de la obligaci¨®n del celibato, que ¨²nicamente concede el Romano Pont¨ªfice'. Es decir, se es sacerdote para toda la vida, aunque se haya dejado la vinculaci¨®n profesional con la Iglesia.
Por los servicios prestados
'Mi relaci¨®n con mi madre la Iglesia ha sido positiv¨ªsima', proclam¨® ayer el profesor PedroTalavera. Este a?o, aunque su deseo era seguir impartiendo clases y hubiera contado para ello con el aval arzobispal, ha cumplido 65 a?os y, al no ser funcionario, no ha podido seguir asistiendo a las aulas.
Sobre la pol¨¦mica en torno al despido de la profesora Resurrecci¨®n Galera, de Almer¨ªa, s¨®lo por casarse por lo civil, opina que no cree que se haya cometido ninguna injusticia con ella, porque, seg¨²n ¨¦l, el contrato para dar clase expira el 31 de agosto y puede ser renovado o no a voluntad del obispo. 'Para dar clase, adem¨¢s de los t¨ªtulos acad¨¦micos oportunos, el obispo delega en nosotros la misi¨®n de ense?ar teolog¨ªa y moral cat¨®lica, y para ello hemos de vivir de acuerdo con ella', a?ade este cura casado ya jubilado. 'Esta chica no act¨²a seg¨²n su compromiso', sentencia Talavera. En este caso, el ex cura no se aparta ni un ¨¢pice de la doctrina oficial de la jerarqu¨ªa cat¨®lica espa?ola, reiterada ayer por los arzobispos de Madrid y Granada.
En general, la Iglesia suele agradecer los servicios prestados a los sacerdotes que un d¨ªa encontraron una mujer que les atra¨ªa tanto como para abandonar la sotana. Tras la previsible dispensa de celibato -s¨®lo apelable al Papa-, su integraci¨®n en centros de ense?anza es com¨²n cuando la vida laboral civil les termina planteando dificultades.
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