Volver sin haber llegado
Un barco con bandera de Malta y procedente de Argel atraca en Valencia con dos polizones
Una traves¨ªa sin novedades desde el puerto de Argel hasta el de Valencia. Un recorrido cientos de veces repetido que no tuvo incidencias para el capit¨¢n de nacionalidad rusa al mando del barco Dagmar, con bandera de Malta, que ayer a las 8.00 inici¨® la descarga de contenedores con material industrial en el muelle TCV (Terminal de Carga Valenciana). Las novedades e incidencias las vivieron en silencio, a oscuras, sin agua y sin comida, los dos polizones que aparecieron en el interior de un contenedor cuando la gr¨²a estaba en plena operaci¨®n de descarga. Los dos hombres se lanzaron desde varios metros de altura, cayeron al agua e intentaron zafarse de los agentes de seguridad privada y de la polic¨ªa nacional. Pero su traves¨ªa se vio truncada. Cansados, abatidos y mojados fueron atrapados en su intento de fuga a nado y encerrados en un camarote bajo cerrojo y llave en espera de que el buque inicie el regreso al puerto de origen en Argelia.
Mientras la tripulaci¨®n del Dagmar cargaba viandas, los dos hombres intentaban encajar la frustraci¨®n de un viaje de regreso cuando ni siquiera pudieron acariciar el destino. Parcos en palabras, de franc¨¦s escaso, c¨®mplices en miradas y gestos, explicaron ante el capit¨¢n c¨®mo burlaron la vigilancia en plena noche en el puerto del pa¨ªs magreb¨ª y se introdujeron en un contenedor antes de que fuera sellado. En su escueto testimonio afirmaron proceder de un peque?o pueblo cercano a Argel, no tener trabajo y no poder encontrarlo en un pa¨ªs en guerra que conduce a la poblaci¨®n a la miseria, no haber pagado a mafia alguna y no tener c¨®mplices ni entre los agentes del puerto de Argel ni entre la tripulaci¨®n del Dagmar. No dieron sus nombres, no ten¨ªan documentaci¨®n y su ¨²nico empe?o era saber c¨®mo evitar el regreso. El capit¨¢n esboz¨® una teor¨ªa bien distinta mientras ordenaba las a veces incomprensibles frases de los dos polizones. 'Alg¨²n estibador prepar¨® su escondite en un contenedor. De otro modo es imposible, van sellados y con cadenas. La desesperaci¨®n nos les ha permitido valorar la imposibilidad de alcanzar su sue?o. Volver es inevitable', declar¨®.
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