La dependencia de Rivaldo

Ni los intentos de escapada de Saviola, casi siempre en fuera de juego; ni los chuts de Cocu, ni los centros de Geovanni ni la voluntad de Kluivert. El Camp Nou tem¨ªa tanto al Rayo Vallecano que todo el mundo olvid¨® que hace meses le marc¨® cinco goles y se qued¨® s¨®lo con que hace dos a?os el equipo de Vallecas ya gan¨® por 0-2. La aprensi¨®n estaba justificada: fue una derrota dolorosa porque el Bar?a se despidi¨® aquel d¨ªa de la Liga, que acab¨® en manos del Deportivo.

Todo eso y, encima, sin Rivaldo, que volvi¨® a Barcelona con un esguince en una rodilla que le tendr¨¢ tres semanas de baja. El zurdo fue infiltrado en la nalga en el descanso del Argentina-Brasil, lo que, seg¨²n el m¨¦dico azulgrana, Ricard Pruna, empeor¨® su lesi¨®n.

La estad¨ªstica revela que el Bar?a sufre m¨¢s de la cuenta cuando no goza del concurso del brasile?o. Desde que lleg¨® al Camp Nou, en agosto de 1997, ha faltado a 16 partidos de la Liga de un total de 153, algunas veces por lesi¨®n y la mayor¨ªa por estar concentrado con su selecci¨®n. Y el balance es m¨¢s que elocuente: de esos 16 partidos, el Barcelona s¨®lo pudo ganar cinco, empat¨® cinco y perdi¨® seis. Ayer, mientras estaba sentado en la grada, acompa?ado de su hijo, plane¨® el fantasma de la dependencia que padece el Bar?a de Rivaldo cuando las cosas no marchan.

Y, ante ese panorama, los palos repartieron fortuna de forma desigual. El Barcelona empat¨® gracias a un bal¨®n de Rochemback que rebot¨® en el travesa?o y Hern¨¢ndez meti¨® en su puerta. Posiblemente, el Rayo no tendr¨¢ nunca tanta mala suerte: Azkoitia envi¨® adem¨¢s un bal¨®n a la base de un poste para que se paseara por la l¨ªnea, tocase en el otro y acabara mansamente en las manos de Bonano.