Salva y la esencia del goleador

Es lo que se le pide a un goleador: que para una vez que aparece, marque. Eso hizo ayer en el Nuevo Zorrilla Salva Ballesta, molido a golpes todo el partido, desesperado y abatido por no entrar en juego, impotente hasta que, a ¨²ltima hora, Rufete le envi¨® el centro justo. Y ¨¦l puso la punta derecha de la bota para empatar un encuentro que el Valencia ya ten¨ªa perdido.

Y es que Caminero -gato viejo- se lo puso muy crudo. Pasan los a?os y Caminero sigue siendo el valor m¨¢s seguro del Valladolid. Le bastaron un par de acciones para inutilizar toda la hegemon¨ªa territorial valencianista. Primero le sac¨® una falta de donde no hab¨ªa a Carboni en la posici¨®n de extremo derecho. Para despu¨¦s rematar intuitivamente ese centro con un golpecito de hombro que aprovech¨® el efecto del bal¨®n. Tic. S¨®lo Ca?izares apreci¨® la clandestina infracci¨®n, pero no as¨ª el ¨¢rbitro, tapado por una nube de defensores.

El Valencia jug¨® sin tensi¨®n, encantado de haberse conocido y con la seguridad de que acabar¨ªa imponi¨¦ndose porque era mucho mejor. Pero no son as¨ª las cosas en el f¨²tbol. Mor¨¦ hab¨ªa estudiado bien a su rival y le teji¨® una red de ara?a para que el Valencia no explotara las bandas, donde Vicente, muy cansado, se las vio con dos o tres defensas. Le sustituy¨® el Kily y tampoco mejor¨® lo que se daba.

Atento a c¨®mo sali¨® cada uno de sus jugadores de los compromisos internacionales, Ben¨ªtez sacrific¨® de inicio a Aimar -flojo ante Brasil- en beneficio de Ilie, que ven¨ªa de marcar con Rumania. Pero err¨® Ben¨ªtez en la elecci¨®n porque Ilie anduvo blandito y miedoso para enfrentarse a una defensa tan exigente como la vallisoletana.

El Valladolid se qued¨® con uno menos por la expulsi¨®n de Pe?a y convirti¨® el partido en una emboscada. Ben¨ªtez dio entrada a Aimar por si era capaz de alumbrar algo de creatividad en medio de la vulgaridad. Y lo hizo. A pesar del atasco en el centro del campo, donde se solapaba con Ilie, Aimar le ofreci¨® frescura a su equipo. Conect¨® con Rufete, que tambi¨¦n acaba de entrar, y de ah¨ª surgieron un par de buenos centros. De uno de ellos, Salva caz¨® un empate que maquilla el alarmante ejercicio de impotencia que despleg¨® el Valencia, obtuso ante la obligaci¨®n de llevar la iniciativa.