Un Madrid-Bar?a en julio, una visita al Prado o una peregrinaci¨®n
Un pasaporte colombiano o ecuatoriano, una cartera con d¨®lares en efectivo pero sin una sola tarjeta de cr¨¦dito, sin una foto ni un papel, como reci¨¦n comprada, y una explicaci¨®n como 'vengo a ver las preciosas playas de Navarra' son suficientes para que la polic¨ªa de Fronteras del aeropuerto de Madrid-Barajas detenga a un viajero que acaba de aterrizar y que asegura venir a Espa?a de vacaciones. Despu¨¦s de eso, un par de llamadas para comprobar las reservas de hotel y, 24 horas despu¨¦s, el turista embarca en el avi¨®n que le trajo de vuelta a su pa¨ªs.
'Normalmente detenemos a personas aisladas, a algunas familias... pero en lo que va de a?o hemos detenido ya una treintena de grupos que ven¨ªan como viajes organizados', dice el responsable de la Secci¨®n de Fronteras en Barajas. 'Una de las excusas m¨¢s utilizada este a?o es la de las peregrinaciones religiosas', afirma. Se trata de grupos numerosos que llegan en un viaje supuestamente organizado, incluso con folletos falsos. 'En estos casos comprobamos las reservas en los hoteles y vemos que s¨®lo las han hecho en uno, que otros no existen...', explica el agente. Otro pretexto recurrente son los partidos de f¨²tbol: 'Un grupo de unos 20 vino en julio a ver el Real Madrid-Barcelona, con la Liga terminada'.
Nivel cultural
Adem¨¢s de estas explicaciones peregrinas, los agentes explican que el bajo nivel cultural de la mayor¨ªa de estas personas permite que sea relativamente sencillo pillarlos. 'Aunque a veces los polic¨ªas se pasan', dice Luis Vidal, abogado del turno de oficio en Barajas. 'A uno le preguntaron: '?Qu¨¦ vienes a ver?'. 'El Prado', respondi¨®. '?Y qu¨¦ hay en el museo?', insistieron. ?Hombre, eso no lo saben muchos espa?oles. Pero el individuo respondi¨® bien: 'Pues a eso vengo, a ver qu¨¦ hay'.
Una vez decidida su expulsi¨®n, estos turistas-inmigrantes pasan a la sala 3 del aeropuerto. 'No deja de ser la sala de un aeropuerto, pero est¨¢ bien', comenta Vidal. 'El mayor problema que tiene es la falta de comunicaci¨®n, especialmente con los familiares que les esperan fuera. S¨®lo hay una cabina de tel¨¦fonos, suficiente para la gente que espera habitualmente, pero se desborda cuando se para a un grupo', dice. Por eso, el Colegio de Abogados inaugur¨® en julio un servicio de orientaci¨®n para los familiares, 'para establecer un contacto entre los retenidos y sus abogados y los que esperan fuera'.
Otro de los problemas es el de la alimentaci¨®n, que corre a cargo de la l¨ªnea a¨¦rea que les transport¨®, tal y como recoge la Ley de Extranjer¨ªa, y que est¨¢ compuesta por las bandejas del c¨¢tering de las compa?¨ªas a¨¦reas. Con el desarrollo de la ley, los transportistas que introducen a los inmigrantes deben hacerse cargo de su retorno. En el caso de las l¨ªneas a¨¦reas, en el primer vuelo que haya. Adem¨¢s, estas compa?¨ªas pueden ser multadas con entre uno y diez millones de pesetas por persona. Sin embargo, la mayor¨ªa de estas multas no han sido pagadas, debido a que las compa?¨ªas recurren las sanciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.