El magistrado del 'caso Wanninkhof' rechaza la incomunicaci¨®n del jurado
La madre de la v¨ªctima advierte de que la vista 'no es un culebr¨®n'
El magistrado que preside el juicio por el caso Wanninkhof, Fernando Gonz¨¢lez Zubieta, rechaz¨® ayer la incomunicaci¨®n del jurado, una medida que estuvo a punto de acordar para evitar que sus miembros sean influenciados -se contaminen, como se dice en el argot judicial- por las informaciones period¨ªsticas de estos d¨ªas. Pero, finalmente, estim¨® que no era 'necesario' y descart¨® su aplicaci¨®n. La madre de la v¨ªctima, Alicia Hornos, critic¨® el tratamiento informativo porque dijo que el juicio 'no es un culebr¨®n'.
El magistrado baraj¨® la incomunicaci¨®n despu¨¦s de que la acusaci¨®n solicitara la medida nada m¨¢s reanudarse el juicio, sobre las 11 de la ma?ana. La petici¨®n fue fundamentada por el letrado de la familia de la v¨ªctima en que la publicaci¨®n de art¨ªculos period¨ªsticos sobre el caso pod¨ªan 'contaminar' al jurado. Como su solicitud fue respaldada por el fiscal y la defensa, el juez avanz¨® que probablemente la incomunicaci¨®n se acordar¨ªa por la tarde.
Tras un receso, la acusaci¨®n sorprendi¨® retirando la petici¨®n de incomunicaci¨®n que hab¨ªa formulado apenas dos horas antes. El fiscal reclam¨® entonces que la cuesti¨®n se resolviera de inmediato y el presidente zanj¨® las disquisiciones: 'No es es necesaria la incomunicaci¨®n'. Esta medida hubiera supuesto que los miembros del jurado, en vez de poder volver por la noche a sus casas, habr¨ªan sido concentrados en un hotel y privados de la prensa a fin de que ninguna informaci¨®n pudiera condicionar su veredicto.
La discusi¨®n acerca de si proced¨ªa o no la incomunicaci¨®n del jurado surgi¨® a ra¨ªz de las quejas de la madre de Roc¨ªo sobre el tratamiento informativo dado al caso en los ¨²ltimos d¨ªas. Alicia Hornos no ocult¨® su malestar al llegar a los juzgados. 'Esto no es ninguna pel¨ªcula de Almod¨®var, ni ning¨²n culebr¨®n; es el juicio de una ni?a de 19 a?os. El que no tenga sensibilidad y no sirva para reportero, que se vaya a poner ladrillos y que no nos califique a mi hija y a mi familia como un culebr¨®n, es un juicio', protest¨® con la voz entrecortada.
Ayer, entre tanto, continuaron las comparecencias, que dif¨ªcilmente concluir¨¢n ma?ana como estaba previsto dado el retraso que acumulan las sesiones. Ante la declaraci¨®n de un guardia civil, el fiscal baraj¨® la hip¨®tesis de que la acusada escondiera varios d¨ªas el cad¨¢ver en su coche, antes de trasladarlo a un paraje de Marbella; raz¨®n por la que supuestamente no lo utiliz¨® al d¨ªa siguiente del crimen. Seg¨²n una vecina, Dolores V¨¢zquez no llev¨® su veh¨ªculo a una boda a la que estaba invitada el 10 de octubre porque 'lo ten¨ªa estropeado'. Sin embargo, el coche no lleg¨® al taller hasta d¨ªa 25 de ese mes. La defensa de la ¨²nica imputada en el caso reclam¨® entonces 'un s¨®lo dato objetivo' que incrimine a su defendida y tach¨® el testimonio del agente como 'un conjunto de conjeturas'.
Tambi¨¦n declar¨® ayer el guardia civil que coordin¨® los rastreos en busca de pistas sobre la joven, desaparecida en Mijas el 9 de octubre de 1999 y cuyo cad¨¢ver apareci¨® el 2 de noviembre de ese a?o en Marbella. Tras la detenci¨®n de Dolores V¨¢zquez como supuesta autora del crimen, este agente declar¨® a Televisi¨®n Espa?ola que su arresto se realiz¨® porque la investigaci¨®n estaba estancada y hac¨ªa falta una 'prueba definitiva'. La defensa de V¨¢zquez siempre se remiti¨® a este comentario para poner en tela de juicio la actuaci¨®n de los investigadores. Ayer, el guardia civil justific¨® sus respuestas en que entonces el caso estaba bajo secreto de sumario y no pod¨ªa revelar datos sobre la investigaci¨®n. 'Yo tuve que salir por la tangente', se excus¨®.
Un polic¨ªa nacional y el propietario de los terrenos donde apareci¨® el cad¨¢ver testificaron a continuaci¨®n que la persona que dej¨® el cuerpo en aquel lugar deb¨ªa conocer la zona debido a que es de dif¨ªcil acceso. En este punto, la defensa de V¨¢zquez intent¨® desviar las sospechas hacia un t¨ªo carnal de la v¨ªctima, Jes¨²s Hornos, quien meses antes de la desaparici¨®n de Roc¨ªo quiso alquilar unas instalaciones pr¨®ximas. Este y otro t¨ªo estuvieron al comienzo de la investigaci¨®n entre los sospechosos, pero fueron descartados, ya que ambos pudieron demostrar d¨®nde y con qui¨¦n estuvieron aquella noche.
Tres llamadas y una duda
El registro de las llamadas telef¨®nicas realizadas por la acusada la noche del crimen sustentan su versi¨®n de que no sali¨® de casa. Pero ayer qued¨® una duda. El 9 de octubre de 1999, Dolores V¨¢zquez llam¨® dos veces a una amiga: a las 22.37 -comunicaci¨®n que se prolong¨® m¨¢s de media hora- y a las 23.30-conversaci¨®n que apenas se extendi¨® un par de minutos. A su vez, esa amiga telefone¨® a Loli a las 00.04 del 10 de octubre. Esta llamada s¨®lo dur¨® 12 segundos. ?Por qu¨¦ fue tan corta esa comunicaci¨®n? ?Salt¨® el contestador? Estas preguntas, formuladas por el fiscal a la amiga de la sospechosa , intentaban conocer si a esa hora la imputada estaba o no en su domicilio. V¨¢zquez declar¨® el martes pasado que aquella noche ¨²nicamente sali¨® a comprar tabaco y a tirar la basura. La testigo fue citada a declarar justamente para aclarar estos extremos. Pero pese a la insitencia del ministerio p¨²blico y de la acusaci¨®n particular, la testigo no pudo dar precisiones que arrojaran luz sobre este aspecto, ya que ni siquiera recordaba si la acusada ten¨ªa un contestador personalizado.
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