El ministro de Defensa alem¨¢n se niega a dimitir por sus pol¨¦micos viajes
Scharping comparece ante el Bundestag
El socialdem¨®crata Rudolf Scharping (SPD), ministro alem¨¢n de Defensa, gan¨® un asalto, pero no necesariamente el combate, en su lucha por mantenerse en su cargo. Scharping hizo ayer frente a las masivas acusaciones de la oposici¨®n democristiana (CDU / CSU) de haber utilizado en repetidas ocasiones aviones oficiales para fines privados y hacer gala de una frivolidad amorosa incompatible con su cargo.
En una reuni¨®n con la comisi¨®n parlamentaria de Defensa, Scharping present¨® una detallada lista de sus cerca de 350 vuelos con aviones militares. Todos plenamente justificables, desde su punto de vista. La comparecencia de Scharping satisfizo a sus correligionarios socialdem¨®cratas, que ya durante el fin de semana hab¨ªan bajado el tono de los cuestionamientos internos, y dej¨® un poco agobiada a la oposici¨®n democristiana, que ahora impulsar¨¢ una revisi¨®n detallada de estos viajes.
Para no perder fuelle, los conservadores cambiaron de blanco en sus ataques al ministro. Ahora cuestionan que Scharping, durante una rueda de prensa el 30 de agosto pasado, mencion¨® el punto fronterizo por el cual cruzar¨ªan las tropas alemanas enviadas a Macedonia, lo que hasta entonces era un secreto militar. Seg¨²n el jefe parlamentario de los democristianos, Friedrich Merz, ello prueba que el ministro es un 'riesgo de seguridad' y tiene que dimitir.
Como parte de su estrategia de defensa, Scharping -conocido en c¨ªrculos pol¨ªticos de la capital por su car¨¢cter altivo-, hab¨ªa admitido la v¨ªspera por vez primera el error de haber permitido la publicaci¨®n de fotograf¨ªas que lo mostraban jugueteando en una piscina mallorquina con su novia, la condesa Kristina Pilati. Las im¨¢genes, y su evidente contraste con los rigores a los que est¨¢n sometidos los soldados alemanes en Macedonia, son otra vertiente de la avalancha de recriminaciones a las que se ve enfrentado el ministro socialdem¨®crata.
Aunque Scharping haya capeado la primera sesi¨®n de la comisi¨®n parlamentaria y contin¨²e gozando del respaldo del canciller, Gerhard Schr?der, nadie ayer en Berl¨ªn se atrev¨ªa a poner la mano en el fuego por la supervivencia pol¨ªtica del ministro. Las penalidades de Scharping no han hecho m¨¢s que empezar y, a partir de hoy, tendr¨¢ que explicar, en los debates presupuestarios del Parlamento Federal (Bundestag), por qu¨¦ est¨¢ fracasando la reforma del Ej¨¦rcito alem¨¢n.
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