Aparatosa cogida de Sergio Aguilar
Otra aparatosa cogida en el ciclo de novilladas de la poblaci¨®n madrile?a de Arganda del Rey. De nuevo, all¨ª, novillos de irreprochable trap¨ªo.
El percance lo sufri¨® en esta ocasi¨®n Sergio Aguilar, a quien el primer novillo de la tarde le cogi¨® durante la faena de muleta como para matarlo. Lo bueno fue que despu¨¦s de aquel zarandeo impresionante y los m¨²ltiples derrotes que el novillo le tir¨® a todas partes, ni siquiera hubo cornada. S¨®lo el paliz¨®n.
S¨®lo el paliz¨®n: se dice pronto. El novillo, de Baltasar Ib¨¢n, desarroll¨® la casta propia de su estirpe. Tom¨® violento las varas, embisti¨® franco al suave quite por chicuelinas que le hizo Sergio Aguilar, se arranc¨® recrecido en el tercio de banderillas, lleg¨® al de muleta pidiendo pelea y avisado. Y a poco de empezar el trasteo atropell¨® a Sergio Aguilar, lo campane¨® en lo alto, se lo pas¨® de pit¨®n a pit¨®n, le derrot¨® en la ingle, en los muslos o en las rodillas sin dejarlo caer al suelo, y cuando lo tuvo all¨¢ volvi¨® a hacer por ¨¦l.
Ib¨¢n / Aguilar, ?lvarez, Rubias
Novillos de Herederos de Baltasar Ib¨¢n, todos muy serios y cuajados, la mayor¨ªa con poder, tambi¨¦n casta y las dificultades derivadas de esta condici¨®n, aunque en general manejables. 1? sac¨® peligro. Sergio Aguilar: cogido por el 1?, pas¨® a la enfermer¨ªa. Alberto ?lvarez: pinchazo y bajonazo (silencio); media trasera muy baja, pinchazo y estocada (silencio); estocada (aplausos y saludos). Luis Rubias: dos estocadas tendidas muy atravesadas que asoman, rueda de peones, descabello -aviso- y cuatro descabellos (silencio); estocada y rueda de peones (oreja); estocada y dos descabellos (silencio). Enfermer¨ªa: asistido Aguilar de varetazo en la ingle de 20 cent¨ªmetros y m¨²ltiples contusiones, pron¨®stico reservado. Fue trasladado al hospital Gregorio Mara?¨®n, donde se le apreci¨® posible esguince cervical. Plaza de Arganda del Rey, 10 de septiembre. 6? y ¨²ltima corrida de feria. Cerca del lleno.
Todo el mundo crey¨® que el torero llevaba un cornad¨®n de caballo, o varios. Y afortunadamente no fue as¨ª, aunque nadie le salva de las tremendas contusiones y quiz¨¢ de las secuelas.
No constituy¨® ninguna sorpresa la presentaci¨®n, la casta, el poder de los novillos de Baltasar Ib¨¢n, pues as¨ª ha venido siendo la feria argande?a. Feria interesant¨ªsima por esto -gran acontecimiento ese ganado de trap¨ªo, casta y poder, en los tiempos que corren-, y por su propio planteamiento, concebido para presentar y dar oportunidad a los novilleros punteros de la temporada.
Lo singular ha sido percibir que los novilleros lucen mucho m¨¢s con el novillo de trap¨ªo, poderoso y encastado. Se han visto muchos por numerosas plazas, sobre todo en ferias se?eras, a quienes les sacaron aut¨¦nticas becerradas (ganado aborregado y mocho) y dieron sensaci¨®n de una lamentable mediocridad. Sin embargo al medirse los de Arganda del Rey con el novillo cuajado y fiero, han descubierto sus posibilidades reales, que no son pocas; demostrado su valent¨ªa; utilizado los recursos t¨¦cnicos que conocen, y revelado su aut¨¦ntica personalidad.
El toreo que despleg¨® Alberto ?lvarez en diversos pasajes de sus intervenciones constituy¨® una agradable sorpresa por la quietud, el gusto y hasta la ligaz¨®n con que interpretaba las suertes fundamentales, principalmente el natural. Los novillos le planteaban problemas, hubo de sortear acosones, porfiar junto a la puerta de chiqueros donde se le aculaba querencioso el que le sali¨® manso, pero en cuanto lograba centrarse y encelar las embestidas ya estaba recreando el toreo de altos vuelos.
Sorpresa may¨²scula supuso el mando, la templanza, la armon¨ªa de las ver¨®nicas de Luis Rubias a su primer novillo, rematadas mediante media y revolera de exquisito dibujo; un toreo de capa de los que ya no se suelen ver en la moderna tauromaquia.
Y luego, en sus turnos de muleta, tambi¨¦n explay¨® Rubias el toreo de calidad en cuanto se lo permit¨ªa la aleatoria nobleza del ganado. El m¨¢s boyante hizo cuarto, en tanto el tercero y el sexto, que tambi¨¦n mat¨®, plantearon lidias dificultosas, con algunos pasajes peligrosos, que no arredraron a este jovenc¨ªsimo aspirante a figura.
S¨ª, el toro de siempre, toreros valerosos, la fiesta aut¨¦ntica -nada menos- es lo que se ha vivido, un a?o m¨¢s, en Arganda del Rey.
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