El simbolismo de las torres gemelas
Al abatir las Torres Gemelas, los organizadores y protagonistas del masivo ataque terrorista contra EE UU han conseguido una espantosa victoria. Los dos edificios que albergaban el World Trade Center se hab¨ªan convertido en un s¨ªmbolo de la pervivencia del vigor de Nueva York y de EE UU en la transici¨®n del siglo XX al XXI. Por eso eran tambi¨¦n, junto con instituciones oficiales de Washington como la Casa Blanca y el Pent¨¢gono, el blanco del odio de todos los fan¨¢ticos que consideran que la superpotencia es un Gran Sat¨¢n.
Las escenas del fin del mundo transmitidas por las cadenas de televisi¨®n a todo el planeta estremecieron a¨²n m¨¢s por la familiaridad de la imagen de las Torres Gemelas. Construidas entre 1966 y 1977, los dos edificios id¨¦nticos, de 110 pisos cada uno, eran ya parte del paisaje urbano internacional de nuestra era.
Tambi¨¦n eran familiares para los islamistas que en el sur de L¨ªbano, los territorios palestinos ocupados por Israel, los suburbios de Argel y Teher¨¢n, y los campamentos de Afganist¨¢n, sue?an febrilmente con herir a EE UU, al que responsabilizan de casi todas las miserias del mundo. Y ya en 1993, un grupo de terroristas islamistas mordi¨® sangrientamente en las Torres Gemelas, en uno de cuyos garajes colocaron un cami¨®n cargado de explosivos que mat¨® a seis personas e hiri¨® a un millar m¨¢s.
Adem¨¢s de las 50.000 personas que all¨ª trabajaban, hab¨ªa otras 150.000, norteamericanos y turistas extranjeros, que visitaban cada d¨ªa las Torres Gemelas. Situados en la nariz de la isla de Manhattan, frente a la Estatua de la Libertad y al lado del distrito financiero de Wall Street, los dos edificios eran impresionantes de d¨ªa por su altura, su blancura y su igualdad, y se volv¨ªan maravillosos cuando de noche se encend¨ªan sus luces. Esta noche, el espacio ocupado por el World Trade Center era, literalmente, una zona de guerra, entre cuyos escombros podr¨ªan estar enterrados cientos, quiz¨¢ miles de muertos y heridos.
Los neoyorquinos cre¨ªan que lo hab¨ªan visto todo, pero no pod¨ªan imaginar que un gui¨®n similar al de una novela de terrorismo de Tom Clancy se hiciera realidad. Todo lo peor -secuestros de aviones comerciales y el uso de ese aparatos como proyectiles por kamikazes contra edificios civiles- se produjo en menos de media hora en la Gran Manzana. El fracaso de los sistemas de seguridad y el triunfo de los terroristas siembra una tremenda inquietud en este comienzo del tercer milenio.
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