Chueca, predilecto hijo de Madrid
El Ayuntamiento de la capital galardona por toda su obra al nonagenario arquitecto e historiador
Fernando Chueca Goitia es desde ayer hijo predilecto de la Villa de Madrid. El galard¨®n le ha sido concedido por el Ayuntamiento en pleno por ser, casi con absoluta certeza, el madrile?o que durante el ¨²ltimo siglo ha batallado m¨¢s por la divulgaci¨®n del arte, se?aladamente la arquitectura y en especial la de la ciudad que le vi¨® nacer hace 90 a?os.
Chueca, nacido en la calle de Lagasca -'cuando a¨²n estaba rodeada de descampados', cuenta-, ejerce a¨²n como acad¨¦mico, proyectista, restaurador de grandes monumentos, ensayista y conferenciante. Es tambi¨¦n decano del Colegio de Arquitectos. Desde el mediod¨ªa de ayer luce en su pecho la medalla carmes¨ª con la que el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, tras un discurso afectuoso pronunciado en el sal¨®n de Plenos del Consistorio, refrend¨® la decisi¨®n adoptada un¨¢nimemente por el Concejo reunido en plenario el pasado 31 de mayo.
Culmin¨® la catedral de La Almudena y es el restaurador de numerosos edificios hist¨®ricos
El nonagenario arquitecto, con perilla de tercio de Breda, recib¨ªa sonriente el discurso del primer edil al saberse, tambi¨¦n, acompa?ado por decenas de amigos, colegas y disc¨ªpulos, en su mayor parte admiradores de su trayectoria intelectual, que se sentaban en la tribuna de invitados: los arquitectos Miguel Oriol, Ricardo Aroca, Joaqu¨ªn Rold¨¢n, Jaime Tarruel y Pedro Navascu¨¦s; el cineasta Luis Garc¨ªa Berlanga o Pep¨ªn Bello, su amigo ¨ªntimo; muchos de ellos, consultados, consideran su nombramiento de hijo predilecto de Madrid como 'muy justo y necesario, aunque tard¨ªo', habida cuenta de 'los merecimientos por esta ciudad que, desde hace d¨¦cadas, jalonan la vida de don Fernando', dice con entusiasmo un joven. Autor de al menos sesenta libros, entre los que destacan Invariantes castizos de la arquitectura espa?ola, escrito en 1947, y Breve historia del urbanismo, editado en 1970, Chueca Goitia posee, entre otras distinciones, el Premio Nacional de Arquitectura, el Nacional de Bellas Artes y la Medalla de Oro de la Arquitectura; fue presidente del Ateneo de Madrid y del Instituto de Espa?a. Ha sido senador electo por Toledo durante tres legislaturas, as¨ª como director del Museo de Arte Contempor¨¢neo.
'Creo que ha sido el mejor escritor de arquitectura que ha habido en Espa?a en toda su historia', dice Miguel Oriol. 'El m¨¦rito principal de Chueca Goitia es el de aplicar a Madrid, simult¨¢neamente, la lupa, para estudiar su intimidad, y el telescopio, para adentrarlo en el universo', dice Enrique de Aguinaga, decano de los cronistas de las Villa, condici¨®n que el galardonado tambi¨¦n ejerce.
El 'abuelo predilecto de Madrid', como lo defini¨® ayer el arquitecto Ricardo Aroca, naci¨® el 29 de mayo de 1911; hijo de una dama guipuzcoana y de un aragon¨¦s de Tarazona, quiz¨¢ fuera la contemplaci¨®n del friso de la coronaci¨®n imperial de Carlos V existente en Arag¨®n la que en sus a?os mozos le llevara a amar en extremo el relato de la historia del arte, actividad en la que ha alcanzado una estatura internacional indiscutible.
Fernando Chueca Goitia estudi¨® arquitectura en la Universidad de Madrid y obtuvo su titulaci¨®n en 1936. Su vida universitaria se vio influida por su maestro Leopoldo Torr¨¦s Balb¨¢s y, entre otros, por el brit¨¢nico sir Edwin Lutyens, pese a ser Chueca un arquitecto de formaci¨®n acusadamente franc¨®fona. Tambi¨¦n marc¨® un hito singular en su vida intelectual su participaci¨®n, a bordo del buque Ciudad de C¨¢diz, en un viaje de estudios por el Mediterr¨¢neo, organizado por el profesor Manuel G¨®mez Moreno con un plantel de universitarios que compondr¨ªan luego lo m¨¢s granado de la intelectualidad espa?ola, diezmada al poco por la entonces inminente guerra civil. En la contienda, Chueca llegar¨ªa a integrarse en el ej¨¦rcito republicano, seg¨²n ha escrito su amigo el fil¨®sofo Juli¨¢n Mar¨ªas.
Casado con Gregoria Aguinaga, perteneciente a una familia de raigambre tradicionalista, Fernando Chueca, seg¨²n sus escritos, siempre se ha considerado un liberal comprometido y apasionado por la pol¨ªtica, en su dimensi¨®n de ejercicio de las iniciativas, los derechos y los deberes ciudadanos, m¨¢s que en su aspecto de poder en sentido estricto.
Pas¨® por la c¨¢tedra y nunca ha abandonado el tablero de proyectos, que mantiene activo hasta hoy en la plaza de las Salesas y del cual surgieron obras tan ligadas a Madrid como la culminaci¨®n de la catedral de La Almudena, que le granje¨® el Premio Nacional de Arquitectura de 1944; la restauraci¨®n de la Casa de las Siete Chimeneas o la ermita de San Antonio de la Florida. Tildado por sus adversarios como 'historicista en exceso', ha combatido estos argumentos con ataques al racionalismo, 'que nos ha procurado esos edificios como cajones de embalar', acostumbra ironizar.
Chueca siempre se ha considerado fiel a 'la importancia de la columna (...), a los materiales de cada regi¨®n (...), a la aclimataci¨®n de la arquitectura a su entorno (...) y al respeto conceptual por la historia para, huyendo de la imitaci¨®n, emplear la imaginaci¨®n en la ideaci¨®n' de sus proyectos y restauraciones.
Aalto y el Prado
En un ep¨ªlogo de Fernando Chueca Goitia a un libro dedicado a su obra por la Fundaci¨®n Antonio Camu?as, el arquitecto madrile?o cont¨® su decepci¨®n cuando, en los a?os 50, a¨²n biso?o profesor de Arquitectura en la Escuela Superior, acompa?¨® por Madrid al consagrado genio finland¨¦s Alvar Aalto: 'Le llev¨¦ al Museo del Prado con el prop¨®sito de mostrarle el bell¨ªsimo edificio de Juan de Villanueva que lo alberga, y me dijo algo parecido a que no sent¨ªa el menor inter¨¦s por verlo'. 'No es bueno que los arquitectos modernistas vean demasiadas obras hist¨®ricas, porque pierden su frescura y originalidad', vino a decirle el n¨®rdico. Chueca Goitia, autor de textos cl¨¢sicos sobre Villanueva y Ventura Rodr¨ªguez, ha sido un gran te¨®rico del neoclasicismo y del eclecticismo. Seg¨²n sus disc¨ªpulos, siempre mostr¨® un estricto respeto por la arquitectura hist¨®rica, lo que ha llevado a algunos colegas y rivales a atribuirle un rigor excesivo en la ideaci¨®n de sus propios proyectos. Del nuevo hijo predilecto de Madrid, sus m¨¢s allegados destacan su formaci¨®n human¨ªstica; la lozan¨ªa de sus conocimientos; su generosidad en la entrega de sus saberes a los dem¨¢s; la entidad de sus escritos, en los que filtra una impar imaginaci¨®n descriptiva que consigue dibujar texturas, colores y sabores con elegante finura; y, sobre todo, la elocuencia, de la que ayer Fernando Chueca Goitia hizo gala al enunciar, ante una audiencia conmovida, una excelsa declaraci¨®n de amor hacia Madrid, su peque?a y tan querida patria.
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