Coraje de Javier Valverde
Por las buenas o por las malas debi¨® pensar Javier Valverde, que es de Salamanca y quiere mandar en el toreo, por la ma?ana cuando se despert¨® y vio sobre la silla el vestido de torear. Por las buenas o por las malas, o sea, como debe ser, porque eso equivale a pensar que en la plaza no hay m¨¢s que dos puertas: la grande y la otra. La primera la perdi¨® por la espada, tras una faena medida y torera, y de la segunda se libr¨® de milagro, aunque est¨¢ muy dentro de lo posible que haya tenido que someterse a examen m¨¦dico porque fue cogido en m¨¢s de una ocasi¨®n y de muy mala manera un par de veces.
En su primer novillo, todo lo hizo bien Javier Valverde. Manej¨® el capote con hondura y sentimiento, dibujando media ver¨®nica de cartel. Puso en suerte con chicuelinas al paso y con la muleta lig¨® en un palmo de terreno un par de tandas con la derecha, llenas de aplomo, de seguridad y de empaque. El novillo humillaba con fijeza y el torero se relam¨ªa de gusto saboreando cuanto hac¨ªa y sintiendo que la plaza se le estaba rindiendo. Se mostr¨® el torero con cuajo y se pas¨® al noble animal por la faja que es el sitio por donde se pasan los toros. Unos sentidos naturales fueron rematados con el arrogante adorno que populariz¨® Ord¨®?ez y tantos copian con escasa fortuna. Pero lleg¨® la calamidad con la espada. ?Mala pata, porque entr¨® con ganas! En el sexto lo ech¨® todo por delante. Coraz¨®n y bragueta. El torillo no se ten¨ªa en pie pero se quedaba en la cadera y ten¨ªa una desagradable habilidad para alargar la gaita.
Leandro Marcos tuvo el peor lote y en este caso s¨ª puede hablarse de novillos contra estilo. En su primero, endeble, berre¨®n, corto y cabeceante, fue cogido un par de veces en una de las cuales el novillo le tir¨® serios viajes. No se descompuso pero el lucimiento era imposible. En el quinto, tuvo claros detalles de su clase hasta que el novillo culmin¨® la rajadura que ven¨ªa anunciando y el torero vio con desencanto los cuartos traseros del animal.
Abraham Barrag¨¢n se mostr¨® voluntarioso y estuvo cumplidor pero dentro de un tono opaco, mon¨®tono e ins¨ªpido. Su primero fue un buen novillo pero no logr¨® estar a la altura de las circunstancias.
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