Una ola de patriotismo recorre EE UU
Multitud de norteamericanos compran armas, quieren alistarse y empapelan de banderas la ciudad
Han donado m¨¢s sangre de la que necesitan las v¨ªctimas, han empapelado las ciudades con banderas y han contemplado una y otra vez las recreaciones televisivas sobre el horrror en su naci¨®n: los estadounidenses est¨¢n comenzando a obsesionarse m¨¢s que nunca con su patria. Phil Beckwith, un conductor de cami¨®n retirado, anunci¨® su modesta propuesta para vengar los ataques a Nueva York y Washington en las oficinas del peri¨®dico The Ranger, un diario del condado de Fremont, uno de los m¨¢s grandes y vac¨ªos del pa¨ªs. Hab¨ªa ido all¨ª a poner un anuncio. 'S¨¦ lo que hacer con esa gente ¨¢rabe', proclam¨® el mi¨¦rcoles al jefe del peri¨®dico. 'tenemos que encontrarles, matarles, envolverles en piel de cerdo y enterrarles. As¨ª no ir¨¢n jam¨¢s al cielo'.
'Ahora', continu¨®, 'quiero poner un anuncio para alquilar mi casa'. En una entrevista telef¨®nica, Beckwith, de 63 a?os, dijo ayer que hab¨ªa pasado muchas horas conteniendo su rabia delante el televisor, antes de elaborar un plan para azotar a los terroristas de la manera en la que piensa que les doler¨ªa m¨¢s. 'Enterrar a Osama Bin Laden con una piel de cerdo, donar sangre a la gente en Nueva York, planear celebraciones patri¨®ticas para el fin de semana y que Dios bendiga este maravilloso pa¨ªs'. Ansiosos por hacer algo, los estadounidenses compraron ayer armas y municiones, preguntaban sobre el servicio militar y dejaban que la ira aflorara en las conversaciones.
'Intentar manejar esta situaci¨®n con la clase de legalidad que puedes encontrar en un juicio por violaci¨®n no es apropiado aqu¨ª', dice Paul D. Danish, un funcionario del condado de Boulder. Dijo que EE UU deb¨ªa ordenar a un pu?ado de naciones ¨¢rabes, incluido Afganist¨¢n, que entreguen a las partes responsables. 'Si no cumplen deberemos declarar la guerra, o contemplar su destrucci¨®n'.
Hablar en serio de la guerra, cosa que hizo Bush desde la Casa Blanca, y tambi¨¦n los j¨®venes en las tiendas de armas rurales, alarm¨® a los americanos. 'Cuando o¨ª al presidente usar la palabra guerra, me puse enfermo y mi est¨®mago cay¨® a los pies', se?ala Mag Seaman, de 75 a?os, una profesora jubilada. Con una pegatina que dec¨ªa: 'Todos somos miembros de una forma de vida llamada humana', se uni¨® a otras 100 personas en los escalones del Capitolio de Colorado ayer para protestar por la posibilidad de una represalia militar. 'Debemos resistirnos a la tentaci¨®n de demonizar en nuestras comunidades y en el resto del mundo', dice Larry Legman-Milller, director local del comit¨¦ de Amigos Americanos. 'Una respuesta violenta no nos devolver¨¢ a quienes amamos, ni traer¨¢ justicia o seguridad, y puede incrementar la posibilidad de actos terroristas'.
'No me gusta la palabra venganza', dijo Jim Willhoit de 58 a?os, pastor de la primera iglesia de cristo en Highaland. 'Pero creo que se necesita alguna represalia. Habl¨¦ con un amigo ayer y me dijo que hab¨ªa que reducir a la nada Afganist¨¢n. Yo no me siento as¨ª... pero siento que quien hizo esto tiene que pagar sin duda'. Los predicadores televisivos Jerry Falwell y Pat Robertson, dos de las voces m¨¢s prominentes de la derecha religiosa, culparon en parte a los grupos de libertades civiles, feministas, homosexuales y pro aborto por los ataques 'por haber vuelto la ira de Dios hacia Am¨¦rica'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.