Albelda salva a un penoso Valencia

En un partido lamentable de su equipo, Albelda meti¨® la puntera para doblegar a una Uni¨®n Deportiva Las Palmas de medio pelo. El Valencia fue una calamidad: defendi¨® mal y atac¨® peor, pero aprovech¨® su envergadura para imponerse a un rival raqu¨ªtico, que vino a Mestalla con el empate entre ceja y ceja. Con un De Los Santos muy patoso, s¨®lo Albelda se alz¨® por encima del resto con una exhibici¨®n de poder¨ªo que coron¨® con el valioso tanto.

El conjunto de Ben¨ªtez est¨¢ muy condicionado por la presencia de su delantero Salva, que necesita que lo alimenten constantemente desde las bandas. Remata m¨¢s que juega. De modo que, o dispone de buenos abastecedores, o el f¨²tbol de su equipo se hace plomizo y previsible. Caso de ayer. Mientras Vicente parece debilitado y perdido por tanto elogio como le ha ca¨ªdo encima, Angulo se tira al centro irremediablemente, por mucho que Ben¨ªtez le insista en que se abra. Conclusi¨®n: un bodrio de primera parte. Aimar, adem¨¢s, ha decidido que cada vez que recibe la pelota debe inventar la jugada de la semana, de manera que casi nunca toca a la primera, con todo el lastre que ello acarrea.

De la Uni¨®n Deportiva Las Palmas, las ¨²nicas noticias fueron defensivas. En el recuerdo quedaron aquellos equipos atrevidos que armaba Fernando V¨¢zquez. Ahora defiende el empate sin goles como un converso. Con el elegante Jorge a la cabeza, el conjunto canario ha juntado a un pu?ado de chicos que saben c¨®mo manejar el bal¨®n en el centro del campo, con la t¨¦cnica canaria de toda la vida. Otra cosa es su lamentable deseo de profundidad. A la porter¨ªa contraria, ni la miran. Entretanto, su portero, Nacho Gonz¨¢lez, se puso a perder tiempo ya en la primera parte.

Debi¨® pensar Ben¨ªtez que el Valencia estaba jugando de cine, pues no efectu¨® cambio alguno en el descanso. Despu¨¦s sac¨® al Kily Gonz¨¢lez cuando a quien reclamaba el estadio era a Rufete por muchas razones: el mal partido de Angulo era una; la otra es la decisiva actuaci¨®n de Rufete el domingo en Valladolid. Esper¨® Ben¨ªtez hasta el minuto 66. Para entonces Albelda hab¨ªa ya desatascado el encuentro entrando desde atr¨¢s, como un delantero, al centro enroscado de Aimar.

Alguien podr¨ªa pensar que la Uni¨®n Deportiva Las Palmas, abocado a la derrota, se lanzar¨ªa al ataque. Ni por esas. Sigui¨® como si tal cosa, con la ¨²nica opci¨®n del contragolpe. Y a¨²n as¨ª aparecieron dos agujeros: primero a Jorge, que se top¨® con el veloc¨ªsimo Carboni; y despu¨¦s a Rub¨¦n, que midi¨® mal el disparo al ¨¢ngulo tras regatear a Pellegrino. Ambos pagaron su inexperiencia.