Stablinski, por los Monegros

Las etapas de Zaragoza siempre est¨¢n marcadas por el viento del Moncayo. Los m¨¢s viejos del lugar se acuerdan de un d¨ªa en que el pelot¨®n, que llegaba del sureste, con el viento en contra, arrib¨® ya de noche cerrada; y de otro a?o en que cuando lleg¨® el pelot¨®n, lanzado desde el noroeste, a favor, lleg¨® antes de que montaran las vallas. Y, sobre todo, est¨¢ un a?o. En 1963, Jean Stablinski, un franc¨¦s vestido con el arcoiris de campe¨®n del mundo que hab¨ªa llegado a la Vuelta para ayudar a Anquetil, atraves¨® los Monegros volando empujado por el viento. Moviendo un 52/14, un desarrollo del que ahora se r¨ªen hasta los juveniles, Stablinski gan¨® la etapa, una Zaragoza-L¨¦rida, de 144 kil¨®metros, a la incre¨ªble media de 51,556 kil¨®metros por hora. Hasta ayer era la media m¨¢s alta jam¨¢s alcanzada en una etapa de una gran ronda. Como ayer, el pelot¨®n lleg¨® despiezado. 30 por delante, entre ellos Anquetil, de amarillo desde el primero hasta el ¨²ltimo d¨ªa, pero no las figuras espa?olas, Manzaneque, P¨¦rez Franc¨¦s y Ant¨®n Barrutia.

Aquello s¨ª que fue mover el molinete, y no lo que hace Lance Armstrong. Con el 52/14 se avanza a raz¨®n de ocho metros por pedalada. Ayer, el previsor Manolo Saiz hizo que a sus chicos les montaran el plato de 55 dientes, que combinado con el pi?¨®n de 11 les da una pedalada de casi 11 metros, tres m¨¢s que lo que se mov¨ªa deprisa hace 38 a?os. Seguramente anoche brindaron por el Moncayo.