El p¨²blico se lo traga todo

Estamos viviendo una etapa de la historia de la fiesta en la que el p¨²blico se traga todo lo que le echen. Sobre todo, lo que m¨¢s engulle son toros inv¨¢lidos. Y como as¨ª est¨¢n las cosas, los que manejan esta fiesta podrida y corrupta no paran de soltar toros enclenques en esta feria, en aqu¨¦lla y en la de m¨¢s all¨¢.

La ¨²ltima corrida de la feria alcarre?a result¨® un fracaso rotundo. Los toreros se hundieron en un festejo siniestro por culpa de la invalidez de los toros. Una invalidez que nadie protest¨®. El primer toro, que adem¨¢s de tullido era una mona, se derrumb¨® tras el ¨²nico puyazo que recibi¨® y volvi¨® a derrumbarse, en espectaculares costaladas, despu¨¦s de cada par de banderillas que Espl¨¢ le coloc¨®. Pues, aun as¨ª, el p¨²blico aplaudi¨® al diestro, sin importarle un pito que el pobre animal anduviera por los suelos.

Espl¨¢, en la faena de muleta, supo dar al toro el tratamiento lidiador que le correspond¨ªa. Pases por alto con dulzura, para llev¨¢rselo a los medios, y derechazos ligeros y a media altura, dejando que el toro fuera a su aire, sin forzarlo. Todo muy aburrido, claro, porque cuando falta la emoci¨®n estas cosas no hay quien las aguante.

El cuarto toro sali¨® abanto y enseguida empez¨® a dar muestras de invalidez. Esta vez protest¨® una minor¨ªa y Espl¨¢ tomo la decisi¨®n de no poner banderillas. Y como en la muleta, a pesar de las precauciones y la media altura volvi¨® a caerse, tras unos pases por bajo, suaves y con mando, prodigio de su excelente t¨¦cnica lidiadora, lo mand¨® a las praderas celestes.

El p¨²blico sali¨® del festejo creyendo que Finito de C¨®rdoba y Eugenio de Mora hab¨ªan fracasado y se les arroj¨® almohadillas cuando abandonaban la plaza. Pero ninguno de los dos pudo hacer m¨¢s de lo que intentaron. El primero se las vio con un toro dif¨ªcil que cort¨® terreno en banderillas y lleg¨® revolvi¨¦ndose y sin recorrido a la muleta. Finito le dio medios pases hasta que se dio cuenta de que nada se pod¨ªa hacer. El quinto tuvo tambi¨¦n algunos problemas: era un manso que, siempre con la cara alta, hu¨ªa de las suertes. Al final, fue imposible bajarle la cabeza.

Tampoco tuvo recorrido el primer toro de Eugenio de Mora, que adem¨¢s result¨® incierto y mir¨®n. Quiso hacerle faena a base de recursos ratoneros, pero ni aun as¨ª. Con el que cerr¨® la corrida y la feria, un inv¨¢lido que se defend¨ªa a cabezazos, estuvo el toledano por encima de su enemigo, sobre todo cuando consigui¨® llevarlo toreado con la mano derecha.