La OTAN, decidida a mejorar los servicios de espionaje de los aliados
El general Ralston cree que esta vez la operaci¨®n puede producir bajas
Los mandos de la OTAN parecen dispuestos a sacar la moraleja de los atentados del pasado d¨ªa 11 de septiembre en Nueva York y en Washington. La conclusi¨®n es la necesidad de mejorar los servicios de espionaje de los aliados. Una delegaci¨®n de Estados Unidos viaja a Bruselas para informar de los planes del presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Al mismo tiempo, el comandante en jefe de la OTAN, el general Joseph Ralston, considera que, a diferencia de Kosovo, esta vez puede haber bajas.
En medio de la vor¨¢gine de condenas, y mientras EE UU fabrica la mayor coalici¨®n en la historia contra el terrorismo internacional, la OTAN lo tiene claro: tras los atentados del d¨ªa 11, los pa¨ªses aliados tendr¨¢n que mejorar sus servicios de espionaje e intercambiar m¨¢s informaci¨®n para combatir la amenaza terrorista.
El primero en creerlo as¨ª es el secretario general, el brit¨¢nico George Robertson, ministro de Defensa de Tony Blair, que se distingui¨® cuando la Alianza Atl¨¢ntica desencaden¨®, en marzo de 1999, la ofensiva militar contra la Yugoslavia de Slobodan Milosevic. Lord Robertson declar¨® esta semana que, si hay algo que aprender de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono, es que los pa¨ªses de la OTAN tendr¨¢n que mejorar a partir de ahora el funcionamiento de sus servicios de espionaje y estrechar much¨ªsimo m¨¢s la colaboraci¨®n. Todo ello sin olvidar un cap¨ªtulo que ¨¦l nunca olvida: el aumento de las capacidades de defensa de la propia organizaci¨®n. Apenas la mitad de los 19 pa¨ªses socios ha incrementado su presupuesto militar en los dos ¨²ltimos a?os.
Escudo antimisiles
La 'nueva guerra' de la que habla George W. Bush obligar¨¢, seg¨²n los analistas, a revisar la futura estrategia de defensa que esgrimi¨® el presidente norteamericano ante los l¨ªderes aliados en la cumbre extraordinaria de la OTAN el pasado junio para hacer frente a los llamados Estados irresponsables. Washington no acusa ahora a ninguno de ellos de orquestar o proteger a los causantes de la matanza del martes negro. No obstante, para el Gobierno de EE UU, el escudo antimisiles no ha perdido validez.
Estas reflexiones pueden estar en la cabeza de los embajadores de los pa¨ªses miembros cuando ma?ana reciban informaci¨®n privilegiada del secretario de Estado adjunto, Richard Armitage, sobre la operaci¨®n de castigo que prepara la Casa Blanca. El veterano pol¨ªtico llega a Bruselas procedente de Mosc¨², acompa?ado de una delegaci¨®n en la que est¨¢n responsables de su departamento para Oriente Pr¨®ximo y el terrorismo.
Fuentes de la OTAN aseguran que el encuentro no debe entenderse como una consulta de EE UU a los aliados sobre los medios que est¨¢n dispuestos a ofrecer en su compromiso de respaldo a la operaci¨®n de castigo a los instigadores de la matanza y de quienes los protegen. Pero tampoco explican qu¨¦ puede dar de s¨ª.
La OTAN ha invocado por primera vez el art¨ªculo quinto de su tratado fundacional, por el que un ataque armado contra uno de sus miembros es un ataque contra todos. Es muy improbable que la Alianza como tal participe en una misi¨®n de represalia, como no sea la de aportar su mejor activo: los aviones de detecci¨®n y vigilancia. Ayer, en una reuni¨®n que fuentes oficiales se apresuran a afirmar estaba prevista desde antes de los atentados, los embajadores discutieron sobre el programa de vigilancia a¨¦rea de la propia OTAN.
Entretanto, a los cantos de guerra se sum¨® ayer el general Joseph Ralston, jefe supremo de las fuerzas aliadas en el sur de Europa, que afirm¨® que, 'probablemente, esta operaci¨®n acarrear¨¢ bajas', a diferencia de lo que sucedi¨® en Kosovo hace dos a?os.
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