A la caza de Rato

El Gobierno, casi en pleno, intent¨® tapar con acusaciones al pasado socialista el agujero abierto por la dimisi¨®n de Pilar Valiente para evitar que caiga en ¨¦l Rodrigo Rato. El PSOE y toda la oposici¨®n apuntan ya abiertamente contra el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno tras recordar que fue quien nombr¨® a Enrique Gim¨¦nez-Reyna, primero director general de Tributos y luego secretario de Estado de Hacienda.

Nadie defiende ya en el Ejecutivo de Aznar el comportamiento 'irregular y alevoso' de Gim¨¦nez-Reyna. S¨ª defienden, en cambio, la actitud de Valiente pese a que reconocen su gesti¨®n demasiado 'pacata' por su 'inocente amistad mal entendida' con el secretario de Estado. 'Ni amigos ni solventes', concluy¨® un ministro.

El desagrado de Rato por c¨®mo va evolucionando este esc¨¢ndalo es evidente. Sabe que el PSOE hace tiempo que dirige sus bater¨ªas contra ¨¦l, porque lo considera el candidato m¨¢s s¨®lido a suceder a Aznar y a¨²n piensa, pese a las ca¨ªdas de Gim¨¦nez-Reyna y Valiente, que los socialistas lo tendr¨¢n dif¨ªcil para exigirle alguna responsabilidad pol¨ªtica y mantiene que ¨¦l puede estar tranquilo. Aunque no lo est¨¢.

La dimisi¨®n de Valiente le cogi¨® casi por sorpresa. La conoci¨® poco antes de que Valiente la hiciera p¨²blica. Media hora antes de la noticia, Rato sali¨® p¨²blicamente en su defensa en Onda Cero: 'Creo que la honorabilidad de la se?ora Valiente, como la del resto de las personas, es algo que a todos se nos supone. Es decir, no podemos estar dudando de la honorabilidad de nadie sin ninguna base de prueba'.

El propio Rato, varios ministros del Gabinete de Aznar (Francisco ?lvarez-Cascos, Josep Piqu¨¦, Jaume Matas, Juan Carlos Aparicio) y numerosos dirigentes del PP (Javier Arenas, Vicente Mart¨ªnez Pujalte) rechazaron ayer que se le pueda imputar ninguna responsabilidad por haber nombrado a los dos dirigentes ca¨ªdos por Gescartera. Ni a Rato ni a Crist¨®bal Montoro, el titular de Hacienda. P¨²blicamente, todos los dirigentes del PP consultados se agarraron a los argumentos de r¨¦plica a esa imputaci¨®n esgrimidos por Rato y que se resumen en que esas responsabilidades deben dirimirse al final de la comisi¨®n de investigaci¨®n y si se demuestra que hubo alg¨²n enriquecimiento il¨ªcito o connivencia de cargos p¨²blicos por informaci¨®n privilegiada.

Rato subray¨® ayer en su defensa que ahora las responsabilidades pol¨ªticas van en paralelo o incluso antes que las penales, mientras que durante los 14 a?os de Ejecutivos socialistas siempre ven¨ªan arrastradas mucho despu¨¦s y por hechos m¨¢s graves. Cuando estall¨® el caso Ibercop, por el que cayeron el gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, y el entonces portavoz socialista en el Congreso, Carlos Solchaga, llev¨® a Rodrigo Rato a pedir otras dimisiones: 'El presidente del Gobierno debe saber lo que ha sucedido y explicarlo. Resultar¨ªa inaudito que tratara de derivar responsabilidades a terceras personas'.

El 'derrumbe personal' de Valiente, que muchos ministros y dirigentes del PP comprenden, admiten y aceptan como 'acertado', sobre todo por su supuesto 'gesto de responsabilidad' ante la situaci¨®n insostenible y perjudicial que se creaba para el Mercado de Valores, ha destrozado en gran parte la estrategia montada por el PP. Y a¨²n quedan comparecencias 'complicadas' para el Gobierno. Sobre todo, la de Enrique Gim¨¦nez-Reyna, el pr¨®ximo martes, al que ahora observan demasiado callado. El propio Rato confes¨® ayer p¨²blicamente ese enojo: 'Si se confirman las cosas que se est¨¢n diciendo y que ¨¦l ya no desmiente, a m¨ª desde luego me ha decepcionado profundamente'.

Este pasado martes, dirigentes del PP que trabajan directamente sobre este caso y que conversan varias veces al d¨ªa con Rato, reconocieron que entre sus previsiones no estaba que Valiente dimitiese tan r¨¢pido. Quer¨ªan que aguantase hasta el final de los trabajos de la comisi¨®n de investigaci¨®n para marcharse o ser 'separada' del cargo.