Malo para ETA
La reacci¨®n internacional al ataque terrorista del d¨ªa 11, ?tendr¨¢ alguna influencia sobre las expectativas de ETA? Desde luego, no las favorecer¨¢. De momento afectar¨¢ a la estrategia de Lizarra: el proyecto de utilizar el condicionante de ETA para desencadenar una din¨¢mica pol¨ªtica cuyo desenlace sea la independencia del Pa¨ªs Vasco.
No hay que exagerar el riesgo de emulaci¨®n. Los terroristas isl¨¢micos est¨¢n dispuestos a la autoinmolaci¨®n, mientras que los activistas de ETA no s¨®lo tienen pretensi¨®n de impunidad, sino que celebran sus atentados comiendo cocochas (la imagen es de Julio Caro Baroja).
Nadie se ha atrevido a defender abiertamente el atentado contra unos edificios en los que trabajaban 40.000 personas, pero el prefecto de los Pirineos Atl¨¢nticos ha demandado al semanario abertzale Ekaitza, editado en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, por publicar una ilustraci¨®n de las Torres Gemelas derrumb¨¢ndose con esta leyenda propia de Radovan Karadzic: 'Todos lo hab¨ªamos so?ado... Ham¨¢s lo hizo'. Entre las recomendaciones de Henry Kissinger para hacer frente a la situaci¨®n figura la de publicar una lista de grupos terroristas y advertir a los Gobiernos de que 'cualquier pa¨ªs que les proporcione refugio tendr¨¢ que hacer frente' a una serie de sanciones y restricciones. 'Todos los pa¨ªses', a?ade el ex secretario de Estado norteamericano, 'deber¨¢n ser advertidos de que la apolog¨ªa del terrorismo por los medios de comunicaci¨®n estatales ser¨¢ considerada como un acto no amistoso. Los aliados de Estados Unidos deben ser invitados a unirse a cualquier aspecto de estas medidas que est¨¦n dispuestos a apoyar'.
Puede ser que a algunos activistas de ETA las im¨¢genes de las matanzas del d¨ªa 11 les exciten, pero el clima pol¨ªtico del que son expresi¨®n las opiniones de Kissinger parece poco propicio para sus fines. Seg¨²n el experto surafricano Adrian Guelke, los terroristas pueden optar por retirarse por un cambio en las circunstancias o porque llegan a la conclusi¨®n de que sus objetivos son inalcanzables. Ahora hay un evidente cambio de circunstancias que tal vez favorezca que los ulemas de la izquierda abertzale concluyan que la lucha armada no da m¨¢s de s¨ª. Seg¨²n algunos portavoces de Elkarri, ETA quiere buscar una salida, pero no sabe c¨®mo hacerlo. Si esa intuici¨®n fuera certera, resultar¨ªan contraproducentes las iniciativas (como la Conferencia de Paz de Elkarri) cuyo efecto previsible sea devolver a ETA la impresi¨®n de que sus objetivos est¨¢n al alcance de la mano y cuentan con la comprensi¨®n internacional; pues, a la vista de los resultados electorales y de las encuestas, esos fines s¨®lo ser¨ªan alcanzables mediante el chantaje contra la mayor¨ªa que prefiere la autonom¨ªa a la independencia, lo que es una invitaci¨®n a la continuidad de ETA. La propia organizaci¨®n terrorista lo sabe hace tiempo, pero ahora tambi¨¦n sabe que no lograr¨¢ forzar una negociaci¨®n pol¨ªtica con el Gobierno, y menos desde que el pacto PP-PSOE blind¨® ese compromiso para el futuro. Por eso cambi¨® de estrategia y pas¨® a dirigir su presi¨®n al mundo nacionalista para forjar un frente abertzale capaz de imponer por v¨ªa de hecho avances irreversibles hacia la independencia.
Pero esa estrategia requiere la participaci¨®n de los nacionalistas no violentos, los cuales ya saben que arriesgan mucho, y ahora m¨¢s, ali¨¢ndose con el mundo de ETA. El Gobierno vasco ha tenido que implicarse, mediante la Ertzaintza, en el combate antiterrorista, lo que es contradictorio con la l¨®gica del frente abertzale y hace improbable un Lizarra 2.
El clima creado por las matanzas de Nueva York y Washington no s¨®lo reforzar¨¢ las pol¨ªticas de cooperaci¨®n judicial y policial europeas contra el terrorismo, sino que diluye las enso?aciones nacionalistas de internacionalizar el conflicto. En la propuesta presentada en octubre pasado por EA al PNV para sentar las bases de una estrategia soberanista compartida se plantean unos objetivos (autodeterminaci¨®n, derecho a establecer v¨ªnculos asociativos con Navarra y el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) con la advertencia de que, 'si se produjera una negativa sistem¨¢tica de los Estados' a negociarlos, 'PNV y EA se comprometen a internacionalizar el conflicto invocando los pactos sobre derechos civiles y pol¨ªticos de la ONU'. Pero no parece que est¨¦ el horno para esos bollos, lo que deja a Lizarra en suspenso y a ETA sin estrategia: lo que es malo para Lizarra es malo para la continuidad de ETA.
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