...y ahora, responsabilidad pol¨ªtica
La presidenta de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) present¨® su dimisi¨®n ayer, poco despu¨¦s de que el vicepresidente econ¨®mico, Rodrigo Rato, reafirmase su confianza en ella y la elogiase como funcionaria que ha prestado servicios importantes. Si el vicepresidente se refer¨ªa al papel de Valiente en la responsabilidad de la ya ex presidenta de la CNMV en el desdichado asunto de la supuesta amnist¨ªa fiscal de los gobiernos del PSOE, no cabe sino considerar tal reconocimiento como un sarcasmo, dado que la realidad demostr¨® que era una operaci¨®n montada al servicio del PP.
La dimisi¨®n de Pilar Valiente no puede interpretarse a estas alturas como un gesto de responsabilidad institucional debido a un acoso externo, sino como el resultado inevitable de las abrumadoras evidencias de su incapacidad de gesti¨®n y, lo que es peor, de los fundados indicios de connivencia y tr¨¢fico de influencias en torno a la agencia de valores Gescartera.
El auto de prisi¨®n contra la presidenta de esta sociedad, Pilar Gim¨¦nez-Reyna, y la dimisi¨®n de Pilar Valiente al frente de la CNMV cubren parte de las responsabilidades penales e institucionales abiertas por este esc¨¢ndalo financiero. Pero en ning¨²n caso cancelan las responsabilidades pol¨ªticas. Desde la oposici¨®n y en beneficio propio, el PP extrem¨® los rigores en la aplicaci¨®n del principio de la responsabilidad pol¨ªtica, seg¨²n la cual los altos cargos de la Administraci¨®n estaban obligados a dimitir por causa de los errores o faltas cometidos por sus subordinados. No parece que desde el Gobierno est¨¦ dispuesto a aplicarse la medicina con id¨¦ntico rigor. Por el contrario, se muestra decidido a cortar cualquier elevaci¨®n de responsabilidades hacia quienes nombraron a los dimisionarios Enrique Gim¨¦nez-Reyna y Pilar Valiente.
Y, sin embargo, el desarrollo del caso Gescartera est¨¢ desvelando como m¨ªnimo severos fallos en la vigilancia de los ya dimisionarios. Fue el Ministerio de Econom¨ªa quien nombr¨® a Pilar Valiente a pesar de que sus m¨¦ritos profesionales eran cuando menos dudosos, de que su designaci¨®n alimentaba la sospecha de un pago por los servicios prestados y de que su perfil pol¨ªtico estaba muy alejado de las cualidades de imparcialidad, equilibrio y calificaci¨®n t¨¦cnica que exige el cargo. Pero, sobre todo, porque el ministro de Econom¨ªa es quien con su pol¨ªtica de nombramientos de consejeros hostiles al anterior presidente de la CNMV, Fern¨¢ndez Armesto -como el de la propia Pilar Valiente o el del inefable Luis Ramallo-, contribuy¨® a sembrar el enfrentamiento en el seno de la Comisi¨®n y facilit¨® la impunidad de casos como el de Gescartera.
Si la dimisi¨®n de Pilar Valiente ha llegado tarde y mal -porque ha paralizado durante los ¨²ltimos dos meses el trabajo de la CNMV y ha reducido el prestigio de la instituci¨®n casi a cero-, cabe esperar que a partir de ahora avancen con nitidez las dos v¨ªas de investigaci¨®n abiertas: la penal, a cargo de la Audiencia Nacional, y la pol¨ªtica, que lleva a cabo la Comisi¨®n Parlamentaria. Siempre que los diputados del PP est¨¦n dispuestos a dedicarse a su trabajo. Esto es, a depurar las responsabilidades pol¨ªticas del caso. Parece demasiado costoso para el erario p¨²blico organizar una comisi¨®n de esta naturaleza para averiguar si el Grupo PRISA invirti¨® en Radiotr¨®nica. Al diputado del PP que parec¨ªa tan interesado en el asunto le hubiera bastado con consultar la memoria p¨²blica de PRISA correspondiente al a?o 2000, que por otra parte est¨¢ depositada en los archivos tambi¨¦n p¨²blicos de la CNMV.
En el Parlamento ya no ser¨¢ posible eludir la investigaci¨®n del papel que han jugado los departamentos econ¨®micos en el caso. Porque la negligencia demostrada por los equipos pol¨ªticos de la CNMV en el control de Gescartera, as¨ª como su ins¨®lita elevaci¨®n al rango de agencia de valores a pesar de los antecedentes de los gestores de la sociedad, es extensible a quien aprob¨® finalmente los tr¨¢mites.
Cobra singular importancia la personalidad de quien sustituya a Pilar Valiente al frente de la CNMV, cuya principal misi¨®n ser¨¢ recomponer su legitimidad. Su perfil ser¨¢ un test para conocer si el Gobierno ha aprendido la lecci¨®n de que no puede politizar ad nauseam la acci¨®n de los organismos reguladores, ni limitar su autonom¨ªa. Antes que en la CNMV, ello ocurri¨® en la Comisi¨®n Nacional de la Electricidad. Y otra pregunta: ?tendr¨¢ en el futuro inmediato Pilar Valiente otro cargo de naturaleza pol¨ªtica como pago de sus silencios y fidelidades?
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