Posada
Si el Gobierno Ibarretxe no est¨¢ muy fino en eso que llaman arte de gobernar/nos, tampoco lo est¨¢ el de Aznar. Ni uno ni otro est¨¢n a la altura del momento que vivimos. Ni uno ni otro se toman su tarea en serio. Lo digo con pesar en ambos casos (?c¨®mo si no, si ambos tienen jurisdicci¨®n sobre lo nuestro?). Y digo eso de que 'lo que llaman arte' porque en este estadio elemental al que me refiero -no ser tramposo, no frivolizar, ser responsable- no hay arte en el gobernar, es pura exigencia en una f¨®rmula democr¨¢tica. Es el abec¨¦ del sistema.
Debo advertir, por el cr¨¦dito de lo que pueda decirse aqu¨ª, que aborrezco los puntos medios a la hora de razonar o juzgar; que desprecio las componendas intelectuales, los arreglos en las ideas que compensen a unos con lo dicho de los otros; un pasteleo que siempre va en detrimento de la raz¨®n y la claridad en la argumentaci¨®n. (De eso tendremos mucho en unos d¨ªas -Elkarri- bajo el lema, nos dicen, de la 'igualdad'. ?Igualdad de qu¨¦? Da lo mismo. Que suene bien aunque nada contenga.) Al pan, pan, y al vino, caldo riojano, que hoy a cualquier cosa llaman vino y hay que hacer patria. Otra cosa son los talantes, se entiende, la inteligencia entre distintos y todo eso.
Dejaremos para mejor ocasi¨®n lo indecoroso de la entrada de IU en el Ejecutivo vasco o la fr¨ªvola ruleta que EA ha aplicado a sus consejeros. Todo eso va en grave descr¨¦dito del pol¨ªtico. Hoy y aqu¨ª, lo que a uno le inquieta es lo que hace y se propone ese personaje un poco rancio, caballero engolado y elegante en exceso, que es el ministro de Administraciones P¨²blicas. El PP bas¨® su campa?a vasca en el respeto a la Constituci¨®n y al Estatuto. Magn¨ªfico, toda persona sensata lo aplaude. El presidente Aznar ofreci¨® hace poco una 'nueva negociaci¨®n' sobre los traspasos a Euskadi (9 de septiembre). Bien, bien. Pongamos al Gobierno vasco a gobernar, que falta le hace.
Pero, mientras tanto, se aprueban leyes org¨¢nicas que colisionan con competencias que administra el paisito sin tan siquiera consultarle (pongamos que la reciente e intervencionista Ley de Universidades, que financia la comunidad aut¨®noma pero que deja ayuna de jurisdicci¨®n; trinchera acorazada de Intxaurraga en su fugaz paso por la consejer¨ªa). Eso no toca a Jes¨²s Posada, ministro de referencia, pero s¨ª todo lo dem¨¢s. Eso de crear conferencias de presidentes auton¨®micos, conferencias sectoriales de todas las autonom¨ªas con car¨¢cter vinculante en detrimento de los contactos bilaterales al uso, poner l¨ªmites a la participaci¨®n europea de las comunidades aut¨®nomas, todo eso es no entender la convenci¨®n social sobre la organizaci¨®n territorial de Espa?a. Puede valer para Extremadura, pero no, desde luego, para Euskadi (?viva el neologismo sabiniano!) y viceversa. Tambi¨¦n viceversa. Y es, digo, no entender la coyuntura decisiva que se est¨¢ viviendo (ganarse para la democracia al nacionalismo vasco moderado). Es un disparate desatender al PNV y a CiU en sus reclamaciones sobre el CGPJ o el Tribunal Constitucional (de los polvos de la exclusi¨®n del PNV de la ponencia constitucional vienen algunos lodos actuales). Menos mal que lo del Concierto (el huevo y el fuero, todo junto) parecen tom¨¢rselo en serio unos y otros.
No nos enga?emos, el Estado de las Autonom¨ªas se hizo para dar expresi¨®n institucional al desarrollo peculiar de la naci¨®n en Espa?a (intento fallido con la II Rep¨²blica). El caf¨¦ para todos fue un hecho coyuntural de 1978 que no debe informar las pol¨ªticas estrat¨¦gicas de hoy. Cierto que se crearon reinos de taifas con los que habr¨¢ que lidiar. Pero lo central era y es organizar un mundo hispano con identidades nacionales diferentes, compensadas, compartidas-excluidas, que deben adquirir forma constituyente. Eso, razonablemente, debe caminar hacia una variante de federalismo (autonomista). Todo lo dem¨¢s son juegos de patio escolar, distraer el tiempo, o a¨²n peor, subvertirlo.
Sin ser, pues, neutral entre los unos y los otros, es lo cierto que el Gobierno Aznar est¨¢ siendo tan irresponsable como el Ejecutivo Ibarretxe en la gesti¨®n de lo nuestro. Por cierto, ?d¨®nde est¨¢n Mayor y Redondo?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.