Gesti¨®n de trinchera para reformar
Gestores y arquitectos analizan los modelos surgidos del proceso de rehabilitaci¨®n de 16 barrios barceloneses
Reformar es el verbo que empezaron a conjugar en la d¨¦cada de los ochenta los habitantes de un total de 16 barrios catalanes, la mayor¨ªa de ellos situados en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana, y significa renovar el barrio derribando los bloques viejos para sustituirlos por otros m¨¢s acordes con las necesidades actuales. Cuando se lleva ejecutado el 50% de las actuaciones previstas, los arquitectos y gestores analizan los pros y contras de un proceso que no se completar¨¢ hasta el a?o 2004, en el marco de unas jornadas que bajo el titulo Revivir los barrios se celebran en Barcelona desde ayer y hasta el d¨ªa 22 en el Colegio de Arquitectos.
A la complejidad de intervenir en barrios donde a los problemas estructurales de viviendas que, como las del Polvor¨ªn (Zona Franca) o las del Gobernador (Nou Barris), se levantaron en un tiempo r¨¦cord para albergar a los chabolistas con motivo del Congreso Eucar¨ªstico -el Polvor¨ªn se construy¨® en 68 d¨ªas y algunos bloques de las Viviendas del Gobernador en 28-, hay que a?adir la casu¨ªstica social de cada n¨²cleo. Pronto se constat¨® que eran precisas nuevas f¨®rmulas de gesti¨®n m¨¢s ¨¢giles y menos sometidas a la din¨¢mica burocr¨¢tica que caracteriza a los poderes p¨²blicos. As¨ª nacieron empresas como la que dirige el arquitecto Pere Serra, a la que el Incasol ha encargado gestionar la rehabilitaci¨®n de sus barrios. El equipo pluridisciplinario -en el que, adem¨¢s de arquitectos, hay sociol¨®gos y abogados- practica 'la gesti¨®n de trinchera' trasladando el estudio al barrio que se pretende rehabilitar, lo que contrasta con el sistema tradicional, que califican de 'gesti¨®n de moqueta': la que se proyecta y decide desde la lejan¨ªa de la oficina.
Hay que evitar que mientras dura la reforma se instalen familias en los pisos que quedan vac¨ªos
Elaborar un censo 'con mano de hierro', seg¨²n Serra, sometiendo las fincas a una estrecha vigilancia ininterrumpida, para evitar que mientras dura la reforma se instalen familias en los pisos que van quedando vac¨ªos, es el primer paso. Las pautas para intervenir en territorios urbanos habitados son las siguientes: consenso entre instituciones implicadas, concertaci¨®n social con los afectados, que participan en todo el proceso, y compromiso personal e ideol¨®gico de los t¨¦cnicos que lo ejecutan, que permite conocer a los futuros destinatarios dando lugar a una relaci¨®n m¨¢s personalizada.
Lo que hoy en d¨ªa se entiende por vivienda social es, afortunadamente, muy distinto de lo que se entend¨ªa en los a?os cincuenta o sesenta, cuando la extinta Obra Sindical del Hogar levant¨® pol¨ªgonos suburbiales en zonas sin ninguna conexi¨®n con el tejido urbano preexistente y desprovistos de todo tipo de equipamientos.
Las dimensiones han aumentado: desde los 20 metros cuadrados de las Viviendas del Gobernador o de los 40 de Via Trajana (Verneda). se ha avanzado mucho. Tambien han cambiado, como es l¨®gico, las condiciones y los materiales con los que se construye. Sin embargo, en el mercado de la vivienda las cosas no han evolucionado tanto como debieran. Ramon Roger, responsable de las actuaciones concertadas de Urbanismo, Arquitectura y Vivienda de la Generalitat, fue tajante: 'En este pa¨ªs estamos cautivos del atraso en la tecnolog¨ªa de la construcci¨®n en materia de vivienda, en la que la normativa al uso es en parte responsable de la situaci¨®n'. En su opin¨®n, arquitectos, promotores y compa?¨ªas aseguradoras son responsables por haber creado una bola de nieve que ha dificultado investigar nuevos sistemas de proyectos y de materiales.
De la magnitud de la inversi¨®n realizada por las administraciones en los barrios con aluminosis dan idea los 280.000 millones de pesetas invertidos en los ¨²ltimos ocho a?os, a raz¨®n de 35.000 millones anuales, seg¨²n las cifras desgranadas ayer por la Generalitat. El objetivo que persigue el Gobierno catal¨¢n es 'integrar muchos de los barrios que se construyeron en su d¨ªa fuera de la ciudad'. La actuaci¨®n programada en estos n¨²cleos degradados urban¨ªstica y, en muchos casos, tambi¨¦n socialmente arranc¨® en 1994 y se prev¨¦ que en 2004 se haya ejectuado en el 90%, excepto en los barrios de Sant Roc donde se inici¨® m¨¢s tarde, y en Trinitat Nova, que ha quedado m¨¢s rezagado pero donde se incorporar¨¢ con criterios de sostenibilidad propuestos por los propios residentes.
Para Roger, no hay duda de que el precio del suelo no es el ¨²nico factor de incremento de los precios de la vivienda. Roger anunci¨® ayer que se han comprometido en los pr¨®ximos cinco a?os a intervenir en 5.300 hect¨¢reas destinadas a suelo residencial y en otras 6.200 hect¨¢reas calificadas como suelo industrial. Se?al¨® que en tres a?os se iniciar¨¢n m¨¢s de 10.000 nuevas viviendas de protecci¨®n p¨²blica, la mayor¨ªa de las cuales se adjudicar¨¢n en r¨¦gimen de alquiler a j¨®venes y familias con ingresos bajos.
La falta de recursos no siempre es el problema que impide iniciar la reforma en un barrio en crisis. Prueba de ello es que las Viviendas del Gobernador dispon¨ªan de 300 millones de pesetas antes de que se hubiera encargado siquiera el primer proyecto y de plantearse la operaci¨®n global. Seg¨²n explic¨® Pere Serra, cuando los objetivos est¨¢n claros y se argumenta la necesidad convenientemente, el dinero fluye.
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