La paciente tarea de convencer al Chava
Jim¨¦nez nunca pens¨® en ganar en Arcal¨ªs, hasta que le llevaron al recorrido por la ma?ana
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
?C¨®mo convencer a un ganador de que puede ganar? Cuando se trata de Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez esta tarea no es tan contradictoria como parece. El Chava, coleccionista de victorias (¨¦l, la esencia de la irregularidad, luce tambi¨¦n el maillot de la regularidad de la Vuelta, despu¨¦s de despojar a Zabel ayer, a la vez que el de rey de la monta?a, su reino), lleg¨® al hotel del equipo el mi¨¦rcoles por la noche, y despu¨¦s de un pr¨®logo ('no me habl¨¦is de la general, yo s¨®lo quiero ganar etapas, y me vale m¨¢s ganar unas cuantas que quedar cuarto al final'), les dijo a los t¨¦cnicos del iBanesto.com: 'De todas formas, en la cronoescalada de Arcal¨ªs no cont¨¦is conmigo, hay mucho llano al principio y no puedo ganar'. De todos es sabida la poca predisposici¨®n psicol¨®gica del escalador abulense de aguantar resignado la tortura de la contrarreloj llana. No le gusta rodar y nunca rodar¨¢.
En su equipo, evidentemente, no iban a dejar las cosas as¨ª. En vez de discutir con el corredor, tarea imposible, decidieron darle una lecci¨®n pr¨¢ctica. As¨ª, ayer por la ma?ana, bien temprano, cogieron un coche, montaron al Chava y a su bicicleta y tiraron para arriba. Recorrieron motorizados los 14 primeros kil¨®metros de la cronoescalada, comentaron los virajes, los porcentajes, los repechos. Vieron, hicieron ver al Chava, que en Andorra la palabra llano no existe, que ya desde el principio aquello sub¨ªa, pasaron por el hist¨®rico sitio de El Serrat, all¨ª donde Ullrich en 1997 dej¨® sentados a Virenque y Pantani para irse a ganar la etapa en la cima de Arcal¨ªs y vestir el amarillo del Tour, y el Chava dijo: 'Pues s¨ª que es duro. Y esto ya lo he subido yo, y es duro, s¨ª'. Para terminar de confirmarlo, el ciclista sac¨® la bicicleta del coche y termin¨® de subir el recorrido, los tres ¨²ltimos kil¨®metros, dando pedales. El descenso, en coche por entero, fue m¨¢s silencioso. El Chava ya no necesitaba m¨¢s. En sus labios comenz¨® a dibujarse la sonrisa del cazador que ve a tiro la pieza. Por la tarde, carg¨® la escopeta y dispar¨®. Blanco. La tercera pieza que el ciclista cazador cobra en esta Vuelta. El Chava ya habla de la cuarta, la cumbre de Aitana, el domingo. Convencerle de que, adem¨¢s, podr¨ªa ganar la Vuelta ya parece harina de otro costal. M¨¢s bien una tarea de titanes.
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