Cuesti¨®n de honor
Redondo renuncia a cobrar del Milan hasta recuperarse de su lesi¨®n
Fue un impacto desconcertante para Adriano Galliani escuchar la solicitud de Fernando Redondo, cuando lo visit¨® a su despacho hace unos d¨ªas y le dijo que no quer¨ªa cobrar ni una lira m¨¢s hasta no recuperarse por completo de su lesi¨®n de rodilla. A Galliani, vicepresidente del Milan y administrador delegado del club de Silvio Berlusconi, le cost¨® dar cr¨¦dito a las intenciones que mov¨ªan al ex centrocampista del Madrid y la selecci¨®n argentina. Pero era cierto: como en el regate que ¨¦l bautiz¨® el chicle, en el que anunciaba que sal¨ªa por la derecha y pegaba la pelota a su pie izquierdo para escabullirse por el otro lado, Redondo sorprendi¨® a su interlocutor como si fuera un marcador y pidi¨® la suspensi¨®n de su sueldo, de m¨¢s de 600 millones de pesetas anuales, aplaz¨¢ndolo al d¨ªa de su recuperaci¨®n completa.
Redondo lo hizo porque su sentido de la honradez le imped¨ªa vivir otra temporada como la pasada, sin jugar y cobrando lo estipulado por un contrato envidiable. 'Lo hice porque me sent¨ªa inc¨®modo en esa situaci¨®n', explic¨® ayer; 'quer¨ªa estar espiritualmente tranquilo para poder continuar con mi recuperaci¨®n, y por eso tom¨¦ esta decisi¨®n'. Desde hace 20 d¨ªas se ejercita en Espa?a bajo el control del m¨¦dico del Madrid, Alfonso del Corral.
Redondo (Buenos Aires, 1969) sufri¨® una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha en agosto de 2000. Acababa de ganar la octava Copa de Europa con el Madrid y el Milan lo hab¨ªa contratado por dos a?os por una cantidad que rondaba los 1.300 millones de pesetas. Nunca consigui¨® jugar un partido.
Quinta lesi¨®n grave
Las causas de la quinta lesi¨®n grave que padeci¨® en los ligamentos de una de sus rodillas queda por aclarar, pero fuentes del Madrid sospechan que pudo deberse, en parte, a la ruptura de la rutina de trabajo que realizaba en Espa?a. La potenciaci¨®n de ciertos grupos musculares era vital para sostener sus ligamentos y Redondo dispon¨ªa en su casa de Madrid de un gimnasio con m¨¢quinas especiales que tal vez en Italia no ten¨ªa tan a mano. La depresi¨®n que sufri¨® tras el cambio de club, forzado por Florentino P¨¦rez, hizo el resto.
Las dudas para emitir un diagn¨®stico primero, y la limpieza de la rodilla lesionada luego, retrasaron un deb¨² que en San Siro esperan con ansiedad. Entre tanto, Redondo aprendi¨® a hablar italiano y encontr¨® una casa en Mil¨¢n que le permiti¨® establecerse despu¨¦s de pasar meses viviendo en un hotel, lejos de su familia.
Esperaba comenzar a jugar este verano pero unas molestias en la rodilla prolongaron su convalecencia en medio de rumores sobre su retirada. Entonces decidi¨® pasar un tiempo en Madrid para resolver definitivamente el problema. Hab¨ªa cumplido su primer a?o de contrato con el club lombardo y el tiempo transcurrido en blanco le llev¨® a replantearse su situaci¨®n. Habl¨® con los directivos y los m¨¦dicos del Milan, pidi¨® la suspensi¨®n de su sueldo y les explic¨® que en Madrid, en su casa de Mirasierra, junto a su mujer y sus hijos y bajo la supervisi¨®n de su m¨¦dico de confianza, encontrar¨ªa las condiciones ideales para la curaci¨®n.
En este punto, la actuaci¨®n de Alfonso Del Corral resulta clave. El m¨¦dico madridista, un cirujano experto en reparar ligamentos de rodilla, es amigo personal de Redondo y le ha operado un par de veces por lo que conoce bien su patolog¨ªa. Aunque no hay un plazo previsto para su reaparici¨®n, Del Corral espera que su paciente pueda jugar antes de Navidad.
La perplejidad de Galliani responde al desconocimiento del personaje que le pidi¨® la suspensi¨®n de su sueldo arriesg¨¢ndose a perder cientos de millones de pesetas. Un acto que responde puntualmente al car¨¢cter monol¨ªtico de Redondo, perfeccionista exc¨¦ntrico y severo hasta las ¨²ltimas consecuencias cuando la cuesti¨®n en juego es su honor.
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