Cr¨ªticas a la CIA por una cadena de fallos que hicieron posibles los atentados
La agencia choc¨® contra los m¨¦todos medievales de Bin Laden
A pesar de la leyenda que presupone a los esp¨ªas de la CIA como James Bonds o Rambos infiltrados hasta en el ¨²ltimo rinc¨®n del planeta, una buena parte de la plantilla trabaja de ocho de la ma?ana a cinco de la tarde como cualquier otro bur¨®crata, ya sea en destinos del exterior o en el cuartel general de Langley, Virginia. El fin de la guerra fr¨ªa dej¨® a la agencia de espionaje de EE UU sin un claro objetivo, sin un enemigo evidente. Y con la acomodaci¨®n a los tiempos de paz vinieron las reducciones del presupuesto, del n¨²mero de operaciones y de la moral interna. En suma, una bajada de guardia que, peligrosamente combinada con un exceso de confianza en los sistemas de espionaje electr¨®nico, allanaron el terreno para los terroristas.
A la debacle de los servicios de espionaje de EE UU, como la califica el senador Richard Shelby, han contribuido tambi¨¦n otros elementos. El m¨¢s importante ha sido la dificultad de infiltrarse en la red Al Qaeda, la organizaci¨®n de Osama Bin Laden. A diferencia de otros adversarios, ¨¦ste no tiene cuartel ni fronteras, y opera desde hace a?os con m¨¦todos que parecen de la Edad Media y que escapan a la sofisticaci¨®n de Occidente.
Bin Laden abandon¨® la tecnolog¨ªa despu¨¦s de los misiles que Bill Clinton le lanz¨®, sin ¨¦xito, en 1998, tras los atentados contra las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania. Ya no usa el tel¨¦fono de sat¨¦lite, ni mensajes por Internet que antes hab¨ªan sido interceptados f¨¢cilmente mediante el ultrasecreto sistema de espionaje Echelon, con el que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) es capaz de captar todas las comunicaciones sospechosas del planeta. S¨®lo los agentes quemados de base como los que ejecutaron los ataques en EE UU usan a veces las comunicaciones modernas, y aun as¨ª con precauciones de utilizar un software protegido o enviar correos electr¨®nicos desde centros p¨²blicos (excepto en las numerosas ocasiones en que su prop¨®sito era desinformar, lo que obviamente lograron).
Ahora, la estructura central de Al Qaeda es rudimentaria, a base de guerreros que dan ¨®rdenes desde sus cuevas en las monta?as de Afganist¨¢n y reciben informaci¨®n por mensajeros. Es adem¨¢s una estructura descentralizada (a diferencia de la CIA y la NSA), en la que la informaci¨®n se compartimenta por c¨¦lulas que desconocen las misiones de las otras. Y lo m¨¢s importante, se?alan fuentes del espionaje norteamericano, es que son c¨¦lulas peque?as, casi familiares, que hacen pr¨¢cticamente imposible penetrarlas. En este caso, el dinero no le ha servido a la CIA para reclutar agentes o comprar informadores. A los miembros de Al Qaeda les motiva la guerra contra lo que consideran el imperio del mal de Occidente.
Para colmo, Bin Laden conoce de cerca los m¨¦todos de la CIA desde que se aliaron a principios de los ochenta en la guerra contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica. 'Ha sido un fallo masivo. En mi opini¨®n, debido a una sucesi¨®n de errores burocr¨¢ticos y a la falta de coordinaci¨®n entre las agencias', afirma el senador Shelby, miembro del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado. Ha sido pr¨¢cticamente el ¨²nico que ha criticado duramenete a la CIA y la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) en los d¨ªas posteriores a los atentados.
Pero la pregunta que se hace todo el mundo es que, dada la magnitud de la conspiraci¨®n, ?c¨®mo es posible que los servicos de espionaje no se enteraran? Todav¨ªa no han rodado cabezas, porque la herida causada el 11 de septiembre est¨¢ todav¨ªa demasiado sangrante como para pedir responsabilidades a un aparato de espionaje que les cuesta a los nortemaricanos m¨¢s de 30.000 millones de d¨®lares al a?o.
Hay una cosa clara, el ¨¦xito de la nueva guerra en la que se ha embarcado EE UU depende m¨¢s de la informaci¨®n secreta que de los misiles.
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