Se buscan esp¨ªas que hablen past¨²n

'La Agencia Central de Inteligencia busca individuos cualificados, capaces de leer y traducir ¨¢rabe, dari y past¨²n al ingl¨¦s. La mayor¨ªa de los puestos se encuentran en Washington DC'. La CIA ofrece en estos momentos todo tipo de empleos, muy especialmente para ling¨¹istas, y los estadounidenses se muestran receptivos: desde el 11 de septiembre, en la sede de Langley (Virginia, junto a Washington DC) se han recibido m¨¢s de 23.000 curr¨ªculos. La CIA ha recibido la orden presidencial de reforzarse para la guerra contra el terrorismo y est¨¢ ampliando plantilla; muchos dudan, sin embargo, de que su esp¨ªritu burocr¨¢tico pueda cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos. La Casa Blanca hizo saber hace un par de semanas, de forma m¨¢s o menos indirecta, que la CIA hab¨ªa recuperado la 'licencia para matar' cancelada por Jimmy Carter. Pero eso es s¨®lo relativamente cierto. La CIA est¨¢ compuesta por un n¨²mero indeterminado de funcionarios (la cantidad es secreta) que muy raramente asumen trabajos fuera del despacho; lo que se conoce como 'agente de la CIA' es un contratado externo y temporal, normalmente extranjero. La agencia se ha acomodado durante medio siglo a la estabilidad de la guerra fr¨ªa, una ¨¦poca en que el enemigo estaba perfectamente identificado y, gracias a la disuasi¨®n nuclear, conoc¨ªa sus l¨ªmites. La m¨ªstica del 'agente secreto' choca con la realidad laboral del principal servicio de espionaje de Estados Unidos.

La agencia ofrece a sus empleados 'jardines encantadores y ¨¢reas de trabajo bien dise?adas'

Thom Crispell, uno de los portavoces de la CIA, comenta que el n¨²mero de demandas de empleo recibidas en la agencia se ha multiplicado por 10 desde los atentados del 11 de septiembre e indica que quiz¨¢ se deba al 'sentimiento patri¨®tico' despertado por la agresi¨®n. Pero tambi¨¦n se refiere a la crisis de las empresas tecnol¨®gicas: 'Muchos t¨¦cnicos se han quedado sin trabajo ¨²ltimamente, y con la nueva situaci¨®n se han dado cuenta de que la CIA representa una oportunidad laboral'. 'Los miembros de la CIA son funcionarios con traje y corbata que trabajan en una oficina de la sede central o, si est¨¢n en el extranjero, en una embajada, sin sumergirse demasiado en la cultura del pa¨ªs en cuesti¨®n', comenta Reuel Marc Gerecht, un antiguo jefe de la agencia en Oriente Pr¨®ximo que dimiti¨® por frustraci¨®n ante la espesura burocr¨¢tica del organismo. Gerecht se?ala que la misi¨®n de los funcionarios es recopilar informaci¨®n, y que cualquier operaci¨®n sobre el terreno se deja en manos de contratados: 'Actuar pone en peligro el anonimato y la seguridad, que son las bases de funcionamiento de la CIA', dice.

La publicidad de la agencia para captar nuevos empleados, que puede leerse en su sitio de Internet (www.cia.gov) da una idea aproximada del esp¨ªritu de la organizaci¨®n. 'El Centro George Bush (la inmensa sede central, rebautizada con el nombre del padre del actual presidente) disfruta de una atm¨®sfera universitaria, con jardines encantadores y ¨¢reas de trabajo bien dise?adas. Obras de arte y exposiciones a?aden inter¨¦s a la jornada laboral'. El texto introductorio sigue diciendo que 'los empleados pueden elegir entre gran variedad de comidas', tienen acceso a un gimnasio y reciben ofertas especiales para asistir a espect¨¢culos. 'La tintorer¨ªa, el servicio de revelado de fotos y la peluquer¨ªa en la misma sede', concluye, 'contribuyen a la calidad de vida de nuestros empleados'. Se exige a los aspirantes que tengan entre 18 y 35 a?os, que sean ciudadanos de EE UU, que no consuman drogas ilegales y que pasen un examen f¨ªsico y psicol¨®gico dentro del cual se incluyen varias sesiones de 'detector de mentiras'.

La posesi¨®n de un t¨ªtulo universitario es condici¨®n casi sine qua non para ingresar en la CIA, y se valoran mucho los masters. La agencia ofrece puestos de todo tipo: para inform¨¢ticos, cart¨®grafos, estad¨ªsticos, abogados, ingenieros... En casi todos los anuncios el salario se define como 'competitivo', aunque no lo es demasiado.

Los sueldos iniciales oscilan entre los 34.000 y los 42.000 d¨®lares anuales y brutos (de 6,2 a 7,5 millones de pesetas al cambio actual), no gran cosa para el nivel de vida en Estados Unidos.

Las vacaciones en la CIA son las normales en el pa¨ªs: 13 d¨ªas al a?o si la antig¨¹edad es menor de tres a?os, y 20 d¨ªas para los veteranos. Una vez dentro de la agencia, no hay ning¨²n entrenamiento especial; s¨®lo un cursillo de adaptaci¨®n como el que se ofrece en muchas empresas privadas. Bajo esas condiciones generales, es absurdo pensar que la CIA pueda convertirse en una m¨¢quina de cazar terroristas.

Norb Garrett, que fue jefe de operaciones en la agencia y es hoy presidente de una de las divisiones de Kroll, la mayor agencia de detectives del mundo, insiste en que la CIA no es m¨¢s que un gran centro de documentaci¨®n y planificaci¨®n que subcontrata las 'tareas manuales'. 'Por eso necesitamos aliados y amigos en todo el mundo: no podemos actuar solos', dice Garrett.

En la lista de centenares de ofertas de trabajo destaca una bajo el titular 'Clandestino'. Es la ¨²nica con aroma a espionaje, y la ¨²nica en que no se piden t¨ªtulos universitarios ni experiencia profesional. 'Para el individuo extraordinario que quiere m¨¢s que un simple empleo', dice el anuncio, 'ofrecemos una carrera ¨²nica; una forma de vida que desafiar¨¢ los recursos m¨¢s profundos de su inteligencia y su autoconfianza'.