Aznar cree que la crisis har¨¢ m¨¢s complicada la aplicaci¨®n del euro

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar reconoci¨® ayer que Espa?a va a acceder a la presidencia de la Uni¨®n Europea, en enero del a?o pr¨®ximo, 'en circunstancias econ¨®micas, pol¨ªticas e internacionales muy distintas de las que hubi¨¦ramos pensado', y a?adi¨®: 'La introducci¨®n del euro me preocupa muy especialmente'. No obstante, el presidente del Gobierno quiso dar un tono positivo, de esperanza, a este an¨¢lisis de la situaci¨®n, con su receta habitual de que, para superar estos problemas, hay que reformar las econom¨ªas y liberalizar los mercados.

Uno de sus interlocutores tunecinos, el primer ministro, Mohamed Ghannouchi, se refiri¨®, en cambio, a que los grandes problemas actuales, incluido 'el alza del terrorismo', nacen 'de la injusticia y la pobreza', frente a los que pidi¨® una acci¨®n mundial concertada.

Ghannouchi no prometi¨® ninguna contribuci¨®n de su pa¨ªs a la coalici¨®n internacional antiterrorista que promueve Estados Unidos, a la que T¨²nez, situado entre 'una Argelia inestable y una Libia imprevisible', se muestra reacia. ?nicamente precis¨® que su Gobierno condena el terrorismo y quiere el castigo legal de los culpables; que la lucha antiterrorista no puede dirigirse s¨®lo contra los que atacan a Occidente; que es m¨¢s necesario que nunca relanzar el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo y que T¨²nez s¨ª contribuir¨ªa a la coalici¨®n contra la pobreza y la injusticia mencionada antes.

Esta cita entre el primer ministro tunecino y Aznar, que tambi¨¦n se entrevist¨® con el presidente de la Rep¨²blica, Zine El Abidine Ben Ali, hubo de desarrollarse en un dif¨ªcil equilibrio entre las relaciones bilaterales, calificadas por ambas partes de 'excelentes', y las diferencias sobre la crisis internacional, que resultan evidentes aunque los dos gobiernos hablen de una 'convergencia total de enfoques'.

'Muros de incomprensi¨®n'

El primer ministro espa?ol subray¨® que la mera celebraci¨®n ayer de una cumbre bilateral derivada del Tratado de Amistad entre Espa?a y T¨²nez, en unas 'circunstancias extraordinarias, dif¨ªciles, complicadas', expresaba el deseo de mantener 'la sensaci¨®n de normalidad' y de 'dejar claro que ideas como la del choque de civilizaciones o el levantamiento de muros de incomprensi¨®n entre el norte y el sur del Mediterr¨¢neo no tienen ning¨²n fundamento'.

Aznar asegur¨® luego a sus anfitriones que, pese a las dificultades, Espa?a 'no dejar¨¢ de hacer lo que tiene que hacer' en su presidencia europea, aunque 'nadie vive hoy al margen de los procesos econ¨®micos internacionales y nadie puede pensar que las circunstancias derivadas de los atentados del pasado 11 de septiembre no le van a afectar'.

Adem¨¢s de la preocupaci¨®n por el euro, que empezar¨¢ a sustituir definitivamente a las monedas nacionales de los Quince el 1 de enero de 2002, coincidiendo con el inicio de la presidencia espa?ola, Aznar expres¨® su convicci¨®n de que la crisis actual exige relanzar el di¨¢logo euro-mediterr¨¢neo iniciado con la Conferencia de Barcelona de 1995, y en esto coinciden los dirigentes tunecinos.

Ghannouchi expres¨® satisfacci¨®n porque, a su juicio, la Administraci¨®n estadounidense 'ha corregido' su l¨ªnea con objetivo de evitar que los medios de comunicaci¨®n siga haciendo 'la amalgama' entre terrorismo e islam que los dirigentes tunecinos apreciaron inmediatamente despu¨¦s de los atentados. 'Debe prevalecer la moderaci¨®n', pidi¨® el primer ministro tunecino. Aznar dijo que Espa?a apoyar¨¢ una respuesta 'eficaz e inteligente' y se mostr¨® convencido de que as¨ª ser¨¢ la de EE UU.